¿Una nueva intifada?
A las afueras de la ciudad vieja de Jerusalén un joven estudiante atacó con un cuchillo a un policía israelí. El policía resultó ileso y el joven palestino murió tras ser abatido por la policía.
Ese fue el quinto ataque palestino con cuchillos en 12 días. La escalada en la violencia ha resultado en cuatro israelíes y 27 palestinos muertos. Entre ellos una mujer embarazada y su hija. Esto después un bombardeo de las fuerzas de Israel.
El primer ministro Benjamín Netanyahu ha cancelado un viaje a Alemania, para atender la delicada situación en su país.
Sergio Almazán
A las afueras de la ciudad vieja de Jerusalén un joven estudiante atacó con un cuchillo a un policía israelí. El policía resultó ileso y el joven palestino murió tras ser abatido por la policía.
Ese fue el quinto ataque palestino con cuchillos en 12 días. La escalada en la violencia ha resultado en cuatro israelíes y 27 palestinos muertos. Entre ellos una mujer embarazada y su hija. Esto después un bombardeo de las fuerzas de Israel.
El primer ministro Benjamín Netanyahu ha cancelado un viaje a Alemania, para atender la delicada situación en su país.
Por su parte, desde la cárcel, el líder palestino Marwan Barghouti pidió, el domingo, que la comunidad internacional interceda para atacar las verdaderas causas que están provocando esta ola de violencia y pidió a la nueva generación de palestinos resistir la ocupación israelí.
Todos los caminos llevan al oeste
Muchos analistas pro Palestina coinciden con Barghouti. La violencia en esta zona del mundo no inició a principios de este octubre con ataques perpetrados con cuchillos.
Desde que las potencias occidentales decidieron ocupar el territorio palestino y fundar el estado de Israel la violencia nunca ha desaparecido por completo.
“El colonialismo avanza cada día, el cerco a nuestra gente continua y persisten la humillación y la opresión. La raíz del problema es la negación de la libertad a Palestina”, afirma Barghouti.
Por su parte, el canciller estadounidense John Kerry expresó estar sumamente preocupado por la escalada bélica.
Hace unos meses Netanyahu expresó en Estados Unidos su rechazo al pacto nuclear con Irán y su desconfianza en que las políticas de Barack Obama en la zona sean ventajosas para Israel.
A menos de un mes de ese desencuentro los recientes ataques le han dado elementos al ex militar israelí para hacer uso de la fuerza y reprimir los fútiles intentos de una nueva rebelión palestina.
Washington, Londres y París son consistentes con su discurso de preocupación, pero en la práctica ninguno ha tomado acciones que hagan pensar que la paz llegará en el corto plazo.
Otros gobiernos se han pronunciado abiertamente en apoyo a la Independencia de Palestina. Por ejemplo el presidente de la India, Pranab Mukherjee en su viaje a Israel.
“India apoya una solución negociada que resulte en un Estado Palestino viable, soberano e independiente con Jerusalén del Este como su capital, para que puedan vivir con fronteras reconocidas y seguras”, dijo Mukherjee.
Las razones de Israel
El discurso de Israel ha perdido credibilidad ante la comunidad internacional en los últimos meses.
Las justificaciones del uso de la fuerza por parte del ejército israelí han cambiado y, por momentos, parece que son simplemente pretextos para perpetuar la ocupación militar y el acoso hacia la población palestina.
Primero fue la historia de los tres adolescentes israelíes secuestrados y asesinados en junio. Netanyahu culpó a terroristas Hamas del atentado pero no ofreció evidencias relevantes. Poco después el gobierno israelí deslindó a Hamas y dijo que los atacantes actuaron independientemente.
La narrativa de Tel Aviv cambió y se culpó a los ataques de misiles disparados por Hamas en respuesta a la ofensiva israelí.
Netanyahu dijo que ningún país en el mundo podía permanecer pasivo ante un ataque con misiles como el de Hamas.
La mayoría de los más de dos mil misiles fueron interceptados y menos de cinco israelíes murieron en los ataques. El 70 por ciento de las víctimas fueron civiles palestinos. Esto según un reporte de la ONU.
Además, hospitales, escuelas y mercados palestinos fueron destruidos por el ejército israelí, lo cual viola las leyes internacionales.
Ante estas acusaciones el gobierno de Tel Aviv cambió nuevamente el discurso y aseguró que el problema más serio era la existencia de túneles en la franja de Gaza usados por terroristas islamistas para entrar a Israel y asesinar a sus ciudadanos.
En respuesta Israel comenzó un ataque terrestre en Gaza para destruir los túneles.
Hamas por su parte aseguró que los túneles eran usados para cruzar provisiones y comida, no para infiltrar a terroristas y que Israel ya conocía su existencia.
Entonces llegaron los ataques con arma blanca.
Israel ha cercado la ciudad de Jerusalén y montado puestos de revisión alrededor de todas las entradas.
La frustración palestina crece día con día. Armados con un cuchillo muchos están dispuestos a perder fácilmente la vida con tal de rebelarse ante el statu quo.
Es muy probable que Netanyahu avance nuevamente. El conteo de muertos indica que la batalla no es pareja pero sirve, peligrosamente, para seguir generando resentimiento y alimentando el poder de grupos islamistas radicales como ISIS.