La Cámara Baja de Francia votó ayer una ley que reprime la prostitución y el tráfico sexual, aunque no prohíbe la venta de sexo sino su compra.
Bajo los nuevos lineamientos, los clientes que sean sorprendidos serán penados con multas y la obligación de asistir a clases sobre los males de la prostitución.
Al ser aprobada, la ley francesa se convirtió en una de las más severas de Europa contra los compradores de sexo.
La prostitución es legal en Francia. La medida derogaría una ley de 2003 que prohíbe la oferta pasiva por prostitutas en las calles. Los burdeles, el proxenetismo y la venta de sexo por menores de edad están prohibidos.
La pena será de mil 500 euros y se elevará a 3 mil 750 euros en caso de reincidencia. El cliente también tendrá la obligación de asistir a clases sobre los peligros asociados con la prostitución.
Las prostitutas extranjeras, muchas de las cuales se encuentran en situación irregular en el país, verían facilitada la obtención de un permiso de residencia temporal si abandonan la actividad.
Los partidarios de la norma sostienen que ayudará a combatir las redes de tráfico de personas.
“El aspecto más importante de esta ley es acompañar a las prostitutas, darles documentos de identidad, porque sabemos que el 85 por ciento de las prostitutas aquí son víctimas del tráfico”, dijo Maud Olivier, legisladora socialista y promotora de la ley, a la AP.
Los detractores temen que la represión llevará a las prostitutas a ocultarse, con lo cual estarán aún más a merced de los proxenetas y clientes violentos. (AP)