En Venezuela hay que hacer fila para comprar comida, también para tramitar algún permiso en el gobierno. Y, desde ayer, hay que hacer largas esperas para cambiar los billetes de 100 bolívares que el presidente Nicolás Maduro ha decidido retirar de circulación. Por lo que los venezolanos que tengan billetes de 100 bolívares podrán usarlos en todos sus pagos hasta que salgan de circulación y, además, tienen la posibilidad de canjearlos en la banca pública o depositarlos en sus cuentas de cualquier entidad bancaria durante un lapso de 72 horas, a partir del martes 13 de diciembre.
La situación en el país, sin embargo, no es sólo económicamente catastrófica, sino ahora también políticamente difícil, pues Venezuela es uno de los países más violentos del mundo.
Manifestaciones multitudinarias, saqueos, disturbios frecuentes, cientos de miles de personas haciendo largas filas en establecimientos de salud y supermercados, son el pan de cada día.
A eso se suma el cierre temporal de las fronteras con Colombia, donde miles de personas compran sus productos básicos, y el anuncio del fin de la circulación del billete más usado del país, lo que contribuye al caos que ya de por sí se vive en Venezuela desde hace meses.
Con la oposición impulsando un referéndum revocatorio que se está viendo entorpecido por la endémica corrupción dentro de las instituciones del Estado y un decreto presidencial que ha ampliado los poderes del gobierno y del Ejército, Maduro sigue culpando de todos los males del país a las teorías de conspiración contra su gobierno.
En funciones hasta el 2019, el presidente venezolano responsabiliza a Estados Unidos y sus vecinos del bloqueo económico internacional, y de su reciente expulsión de Mercosur, que solo benefician, asegura, a un puñado de venezolanos de la ultraderecha rica apoyada por la oposición.
Se mueren de hambre La expropiación y cierre de 500 mil empresas arrojaron a la calle a cientos de miles de trabajadores y hoy en día, según encuestas recientes, el desempleo ronda el 30 por ciento y la pobreza extrema ha aumentado conside rablemente.
Pero no solo eso, el hambre de los venezolanos los ha empujado a los basureros en búsqueda de un poco de comida y tanto en las farmacias, como en los hospitales públicos existe una preocupante escasez de medicamentos.
Según registros de la Fiscalía General, la tasa de homicidios cerró con 58 por cada 100 mil habitantes en el 2015.
Y además de la galopante delincuencia, Venezuela está sumida en graves problemas de escasez de alimentos, medicinas y una fuerte recesión agravada por la caída del precio del petróleo, que supone el 96 por ciento de los ingresos por exportaciones del país.
Ni los 25 planes de seguridad del gobierno, ni las medidas económicas que aplica para detener la inflación, le han dado resultados satisfactorios y por el contrario acentúan las pérdidas.
Sin embargo, el gobierno de Maduro se niega a recibir la ayuda humanitaria en forma de donaciones que otros países se ofrecieron a enviar.
Inflación galopante
Desde hace meses se acentúa la hiperinflación y Venezuela se encuentra inmersa en una gigantesca crisis económica.
Las consecuencias de esta crisis económica se observan en las calles. La inflación es tan alta que es común ver a las personas en los bancos cargadas de mochilas, cajas o carritos de supermercado repletos de billetes.
Ante los ojos de cualquier extranjero parecerían grandes sumas de dinero pero en Caracas un neumático cuesta entre 90 mil y 130 mil bolívares.
Para tratar de solucionar la situación, el Banco Central de Venezuela presentó el miércoles seis nuevos billetes que suman dos ceros a la antigua denominación.
Nelson Merentes, presidente de la institución, dijo en unarueda de prensa que a partir del 15 de diciembre comenzarán a circular y su valor irá de 500 a 20 mil bolívares.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la inflación venezolana podría alcanzar cuatro dígitos en 2017, mientras economistas locales estiman que el año pasado cerró en 270.7 por ciento.
Sin embargo, hace varios años que el gobierno se niega a revelar cifras precisas.
Por ahora al menos se pretende que la nueva expedición de billetes solucione el problema que para los venezolanos supone conseguir efectivo.
Pues hasta el momento, los cajeros automáticos venezolanos limitan las cantidades que expiden, su espacio es limitado y a los encargados les resulta imposible meter más billetes.