En medio del espiral de violencia que sufre Venezuela, la oposición venezolana agrupada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) realizará este domingo una consulta popular, avalada por la Asamblea Nacional, para cuestionar las elecciones a la Asamblea Constituyente convocadas por el presidente Nicolás Maduro.
El plebiscito tiene como principal objetivo echar abajo la conformación de la Asamblea Constituyente, con el argumento de que no contó con la aprobación previa del pueblo.
A los venezolanos se les preguntará si desean que se instale la Asamblea Nacional Constituyente, si quieren que se realicen elecciones para la conformación de un gobierno de unidad y sobre el papel que deben desempeñar las fuerzas armadas en la defensa de la Constitución vigente.
Aunque desde el Consejo Nacional Electoral (CNE) -alineado a Maduro- ya han advertido que la consulta promovida por la oposición no tendrá ningún efecto legal, un amplio rechazo en las urnas podría poner aún más presión al régimen chavista y restarle todavía más legitimidad a los comicios del próximo 30 de julio.
De acuerdo a lo declarado por los líderes opositores, la MUD no tendría considerado buscar el aval del CNE, ya que desconocen esta autoridad, y la verdadera intención sería exhibir la falta de apoyo popular que tiene la integración de una Asamblea Constituyente.
Algunas encuestas que ha dado a conocer la oposición señalan que una cifra cercana al 90 por ciento de los venezolanos están en contra de la Asamblea Constituyente, lo que presagia un alto abstencionismo en la jornada del 30 de julio.
Una movilización masiva de votantes este domingo, sumado a un repudio en las urnas, sería un triunfo para la oposición y un abierto desafío para el régimen, a dos semanas de las votaciones para la integración de la Constituyente.
Legalmente la Asamblea Nacional tiene las facultades para convocar a un referéndum sobre “las materias de especial trascendencia nacional” siempre y cuando cuente con la mayoría de votos de sus integrantes, según el artículo 71 de la Constitución vigente.
Nicolás Maduro, a pesar de lo señalado en la Carta Magna, ha descalificado la consulta llamándola inconstitucional y ha denunciado que sus adversarios pretenden instalar un Estado “paralelo, ilegal, inconstitucional e improvisado”.
El oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela ha pedido al Tribunal Supremo de Justicia ordenar la suspensión de la consulta al considerar que se trata de un plan golpista aunque, hasta el momento, la oposición sigue adelante con los preparativos y ha intensificado las jornadas informativas.
La fiscal general, Luisa Ortega Díaz, quien en los últimos meses se ha posicionado como una de las voces más críticas del régimen, no ha fijado una postura sobre la consulta de este domingo, aunque ha reconocido la legitimidad de la Asamblea Nacional.
Cualquier venezolano mayor de 18 años podrá participar aunque no esté inscrito en el Registro Electoral. Tanto la instalación como el escrutinio de los votos serán operados por la Mesa de Unidad Democrática y organismos de la sociedad civil apoyados por unos 50 mil voluntarios.
Los organizadores han evitado proyectar una cifra de personas que salgan a votar este domingo, aunque esperan que sean millones los que acudan a las urnas.
La senda de Leopoldo
La salida de prisión del líder opositor Leopoldo López la madrugada del 8 de julio para continuar su sentencia en arresto domiciliario generó grandes expectativas sobre el papel político que jugaría en la actual situación de Venezuela.
El lunes 10 de julio se reunió durante cinco horas con integrantes de su partido, Voluntad Popular, en donde compartió anécdotas sobre su tiempo en prisión.
Su defensa se concentra en buscar su plena libertad.
A pesar de las limitantes que tiene al permanecer en arresto domiciliario, que le impiden hacer apariciones públicas, el rol que asuma será de gran relevancia para el futuro político de su país.
Las esperanzas de muchos de los opositores están puestas sobre el líder recientemente excarcelado, que confían en López para poder liderar una transición democrática a través de la unidad, en un momento en que desde la oposición aseguran que en este momento son más necesarios los estadistas que los activistas.
Sin embargo, también existen algunas dudas sobre la influencia de López sobre el movimiento opositor, con el temor de que pueda ser un factor de división a un movimiento que ha seguido su camino sin él en los últimos 3 años.
López ha recibido muestras de apoyo de líderes mundiales, como el presidente español Mariano Rajoy quien le llamó por teléfono para felicitarlo por la valentía mostrada.