Como si el mundo necesitara una razón más para escrutar al gobierno de Nicolás Maduro, hoy, a más de un año y medio de su detención, el líder opositor Leopoldo López conocerá su sentencia en el juicio que el gobierno de Venezuela sigue en su contra por los delitos de instigación pública, asociación para delinquir y determinación en daños e incendio.
La presión ejercida por grupos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch o gobiernos como el de Estados Unidos y, particularmente, el de Colombia han contribuido a la causa de López. Incluso el exPresidente de España Felipe González ha intercedido por él, sin el éxito esperado.
González salió de Venezuela en junio al no ser autorizado a ver al líder opositor.
Buena racha
Después de que se desatara la crisis en la frontera con Colombia, Venezuela ha cosechado algunas victorias.
El martes pasado Maduro anunció desde China, que el gobierno del gigante oriental le aseguró un préstamo de 50 mil millones de dólares para incrementar la producción petrolera. Tras el desplome en los precios del crudo, el gobierno de Maduro necesitaba la ayuda de uno de sus principales acreedores. El préstamo de China le permitirá intentar recuperarse paulatinamente.
Casi al mismo tiempo, la negativa de la Organización de Estados Americanos (OEA) a la petición de Colombia para convocar una reunión de cancilleres para abordar la crisis, le ha otorgado un triunfo más a Maduro ante una posible intervención internacional.
La racha ganadora de Venezuela podría finalizar el día de hoy si la corte absuelve a Leopoldo López, ya que esto renovaría la fuerza de la oposición en Venezuela y la presión internacional hacia Maduro.
Para fortuna del presidente venezolano, los pronósticos para que López salga de prisión no son halagadores. Se prevé que sea condenado por varios de los delitos que se le achacan.
La pregunta más realista en este contexto, parece ser cuántos años más pasará el disidente venezolano en prisión.
Mártir o traidor
La vida de Leopoldo López antes del inicio del nuevo siglo sería envidiada en casi cualquier país. Descendiente de doctores y políticos prósperos, el graduado de Harvard despuntaba como un político carismático e inteligente.
El joven economista venezolano llamó la atención del expresidente Hugo Chávez desde inicios de la década pasada. Pero no por sus contundentes victorias electorales o sus logros como alcalde del Municipio Cachao (2000-2008). En 2002, el fallecido presidente lo culpó de orquestar un intento de golpe de estado en su contra.
En 2008 López intentó postularse para la alcaldía de Caracas, pero se le acusó de malversación de fondos y la Contraloría Federal le impidió contender por cargos públicos hasta 2014.
Su caso fue llevado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el fallo del gobierno venezolano fue revocado por unanimidad. Chávez insistió que el proceso había estado plagado de irregularidades y el Tribunal Supremo de Justicia declaró inejecutable la resolución de la Corte y ratificó la inhabilitación de López.
Después de liderar, en 2014, protestas que culminaron con varios muertos y un incendio, el gobierno ordenó su arresto por instigación pública y asociación para delinquir, entre otros cargos.
El 18 de febrero del año pasado y después de un mitin en oposición al régimen de Nicolás Maduro, López se entregó a la policía y recalcó su inocencia.