El Gobierno de Estados Unidos vetó en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que le pedía dar marcha atrás en el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y al traslado de su embajada a la ciudad.
El texto, presentado por Egipto, recibió el apoyo de catorce de los quince miembros del Consejo de Seguridad, pero Washington utilizó su poder de veto para impedir su aprobación.
El presidente Donald Trump, reconoció este mes a Jerusalén como capital israelí, rompiendo décadas de consenso internacional, según el cual el estatus final de la ciudad debe ser acordado en un proceso de paz entre israelíes y palestinos.
En este sentido la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, consideró un “insulto” el voto en la ONU de una resolución contraria al reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y aseguró que Washington no lo olvidará.
“Lo que hemos visto hoy en el Consejo de Seguridad es un insulto”, dijo Haley después de vetar el texto, que pedía a su país dar marcha atrás a la decisión.
Al hablar sobre su postura la embajadora defendió la medida de su presidente, Donald Trump, e insistió en que “ningún país va a decir a Estados Unidos” la ciudad donde debe instalar su embajada.
“Ningún país va a decir a Estados Unidos donde podemos poner nuestra embajada”, dijo la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, tras usar por primera vez su derecho a veto.
Así mismo Haley defendió que la medida de Trump sobre Jerusalén es una decisión “soberana” de su país y que supone un “reconocimiento de lo obvio”: que Jerusalén es la capital de Israel.
La embajadora insistió además en que el movimiento no daña de ninguna manera el proceso de paz en Oriente Medio.