Después de más de 3 meses de bloqueo judicial, la Corte Suprema de Estados Unidos determinó levantar la suspensión del polémico veto migratorio propuesto por Donald Trump el pasado marzo.
El Tribunal decidió aceptar la apelación del gobierno de Donald Trump, y mientras lo resuelve permite su aplicación de manera temporal de la polémica orden ejecutiva que impide la entrada de personas procedentes de seis países de mayoría musulmana y suspende el programa de refugiados por 120 días.
Después de que dos tribunales locales de Virginia y Hawái bloquearan el decreto de Trump al considerarlo discriminatorio, la Casa Blanca optó por llevar el recurso hasta la Corte Suprema.
La resolución entrará en vigor a partir del próximo jueves 29 de junio y será en octubre cuando los magistrados abordarán el tema en audiencias orales, para determinar si la medida será ratificada o, por el contrario, revertida.
El presidente estadounidense celebró la medida y afirmó que es una “clara victoria de nuestra seguridad nacional”.
En un comunicado emitido por la Casa Blanca, Trump agregó que esta decisión de la Corte le permitirá utilizar una importante herramienta para proteger la seguridad de los Estados Unidos.
“Como presidente, no puedo permitir gente en nuestro país que quiere hacernos daño. Quiero gente que ame a Estados Unidos y a todos sus ciudadanos, y que sean trabajadores y productivos”, subrayó.
La orden ejecutiva firmada por Trump en marzo pasado contempla una restricción de entrada durante 120 días a todos los refugiados que quieran ingresar a territorio estadounidense, además de una suspensión del visado durante 90 días a los ciudadanos provenientes de Siria, Irán, Libia, Somalia, Yemen y Sudán, países mayoritariamente islámicos.
En la sentencia de la Suprema Corte, los magistrados recalcaron que la orden ejecutiva no debe ponerse en práctica contra ciudadanos que tengan un argumento creíble de una relación de buena fe con una persona o entidad en Estados Unidos, aunque todos los demás extranjeros están sujetos a las disposiciones de la misma.
Entre los ejemplos citados están ciudadanos de los países vetados que tengan una relación familiar cercana con un ciudadano estadounidense y en caso de organizaciones, los individuos deberán tener una relación bien documentada y formal con las mismas.
En teoría, familiares de estadounidenses, trabajadores con visado vigente y en regla, estudiantes que estén matriculados en alguna universidad estadounidense, así como catedráticos o personas que acudan a impartir cursos o conferencias no deberían tener problema para ingresar legalmente a Estados Unidos.
Por el contrario, la suspensión temporal afectará a aquellos que nunca han estado en Estados Unidos, que no tengan lazos familiares o que no puedan comprobar un vínculo sólido con alguna empresa o institución del país.
Orden ejecutiva
Contempla suspender el visado por 90 días a los ciudadanos provenientes de:
>> Siria
>> Irán
>> Libia
>> Somalia
>> Yemen
>> Sudán
La tercera ¿es la vencida?
El primer intento de Donald Trump de sacar adelante su polémico veto migratorio ocurrió unos días después de haber llegado a la Casa Blanca, el 27 de enero, cuando el mandatario firmó una orden ejecutiva que impedía el ingreso a Estados Unidos a viajeros de Siria, Sudán, Yemen, Irán, Irak, Somalia y Libia, incluso a aquellos con visados ya aprobados o residentes permanentes.
Un día después de emitida la orden ejecutiva, se generó una enorme confusión en un gran número de aeropuertos en Estados Unidos, pues cientos de personas originarias de esos países fueron detenidas al llegar a los EU. Muchas tuvieron que regresar a sus lugares de origen.
Además, cientos de personas se congregaron en las terminales aéreas para protestar contra la medida e incluso hubo presencia de manifestantes en la Casa Blanca, a lo que también se sumó un generalizado rechazo internacional.
Sin embargo, el verdadero golpe para Trump sería el revés judicial, pues los tribunales federales detuvieron la orden ya que la medida fue considerada no solo discriminatoria, sino inconstitucional.
Aunque la Casa Blanca apeló el bloqueo, los recursos no prosperaron. El equipo de Trump desistió y se preparó para planear un nuevo intento.
El 6 de marzo se haría pública la segunda versión del veto migratorio, esta vez, la firma de la orden ejecutiva fue privada, y el tono fue más moderado que el anterior.
En primer lugar, Trump excluyó de los países vetados a Irak, además de que la nueva orden indicaba que los refugiados cuyos casos hubiesen sido aprobados por el Departamento de Estado podían entrar a Estados Unidos.
De igual forma, aquellos ciudadanos de dichas naciones que ya contaran con visados, los residentes legales o con doble nacionalidad quedaban excluidos del decreto.
Nuevamente el decreto fue frenado en las cortes. Los estados de Virginia y Hawái bloquearon la orden. El argumento utilizado por los tribunales fue de que dicho decreto, lejos de atenerse a cuestiones de seguridad, estaba contaminado por la intolerancia, la animosidad y la discriminación.
Tres meses después de que Trump firmara la segunda orden ejecutiva, finalmente la Suprema Corte le ha otorgado una victoria tras haber acumulado dos decepciones. Será el próximo mes de octubre cuando se determine si se ratifica la orden ejecutiva.