Dos asesinatos cometidos por policías sacudieron a Estados Unidos en las últimas semanas. En ambas situaciones, los agentes mataron a personas negras dentro de sus casas por confusión.
No son casos únicos. Un total de 2 mil 500 departamentos de policía local de Estados Unidos estuvieron involucrados en asesinatos de civiles desde 2015 hasta la actualidad. Decenas de estas personas estaban desarmadas, de acuerdo con una base de datos de The Washington Post.
Se calcula que, en promedio, tres personas son asesinadas diariamente por policías en Estados Unidos.
Aunque sí ha habido personas de origen hispano atacadas por agentes, los individuos negros son las más afectados, con casi cinco veces más posibilidades de sufrir una agresión mortal por parte de un policía.
Asesinados en su casa
Era 6 de septiembre de 2018 cuando Botham Jean, un hombre negro de 28 años, murió mientras comía helado frente al televisor en su departamento, en Dallas, Texas.
Le disparó Amber Guyger, una policía blanca de Dallas que se encontraba fuera de su turno de trabajo. El asesinato ocurrió dentro del departamento de Jean, en el tercer piso de un complejo de departamentos.
Guyger vivía en el mismo edificio, pero en el cuarto piso, justo arriba del departamento de Jean.
Según la agente de la policía, ella salió de su turno de servicio y llegó al inmueble. Se confundió y se acercó a la que supuestamente era su puerta —que en realidad era la de Jean— y la vio entreabierta.
Pensó que alguien había entrado. Abrió la puerta y, en un departamento a oscuras, solo con la televisión prendida, pudo ver a Jean. En su juicio, Guyger argumentó que temió por su vida al verlo ahí y le disparó. Él estaba desarmado.
El 1 de octubre pasado, la agente fue declarada culpable y sentenciada a 10 años de prisión. La familia de Jean protestó y pidió una condena de 28 años, uno por cada año de vida de la víctima.
El caso empeoró hace un par de semanas, cuando Joshua Brown, vecino de Jean y testigo clave del caso, fue asesinado.
El otro ataque reciente fue contra Atatiana Jefferson, una mujer afroestadounidense de 28 años que fue asesinada en su hogar, en la ciudad de Fort Worth, Texas.
El policía que le disparó fue Aaron Dean, un agente blanco que ya se encuentra en prisión. El ataque ocurrió a las 2:30 de la madrugada del 12 de octubre, cuando la mujer estaba jugando videojuegos con su sobrino de 8 años.
La policía recibió un reporte de que la puerta de la casa de Jefferson estaba entreabierta. Al llegar, Dean y otro agente constataron eso y decidieron rodear la casa para ver si todo estaba bien.
Según el testimonio del niño que se encontraba en la casa, Jefferson escuchó ruidos en la parte trasera y sacó su pistola pensando que se trataba de un intruso. Cuando vio la silueta de un hombre, a través de la ventana, le apuntó con el arma.
Dean vio que alguien le apuntaba desde adentro de la casa y decidió dispararle, lo que provocó la muerte de Jefferson.
El caso se encuentra en investigación. La policía revisa el video que obtuvo de la cámara que portaba Dean en su cuerpo para confirmar o descartar si hubo alguna conducta inapropiada del agente.
En los próximos meses se realizará el juicio contra el policía de Forth Worth. Se espera que haya movilizaciones de la comunidad negra en toda la región.
El precandidato presidencial demócrata Beto O’Rourke dijo que se debe exigir justicia por la muerte de Jefferson.
“Mientras hacemos duelo con los seres queridos de Atatiana, debemos exigir una rendición de cuentas y prometer luchar hasta que ninguna familia tenga que enfrentar una tragedia como esta otra vez”, publicó O’Rourke en Twitter.
Por otra parte, la Asociación Nacional para la Promoción de Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés) consideró que la muerte de Jefferson era inaceptable.
“Si no podemos estar seguros cuando llamamos a la policía, si no estamos seguros en nuestras propias casas, ¿dónde podremos encontrar paz? Exigimos respuestas, exigimos justicia”, compartió la organización en Twitter.
Ataques frecuentes de policías a personas desarmadas
En Estados Unidos es constante la participación de la policía en tiroteos o en ataques contra de personas desarmadas, incluso dentro de sus propios hogares.
Una base de datos realizada por el diario The Washington Post revela que en lo que va de 2019, policías de diferentes corporaciones han matado a 717 personas.
Desde 2015, la tendencia se ha mantenido. Ese año fueron asesinadas 992 personas; en 2016, 957; en 2017, 986; y en 2018, 992.
Y si se trata del total de personas desarmadas que murieron en ataques policiacos, el índice sube al 36 por ciento.
Los hombres negros tienen más probabilidades de ser atacados por policías. Mientras que las posibilidades de un hombre blanco son de 1.1 en un millón y de los hispanos sean 1.6 en un millón, para los afroestadounidenses son de 4.9 en un millón.
De acuerdo con la base de The Washington Post, el cuerpo policiaco con más incidencias es el de Los Ángeles, con 74 personas abatidas; le sigue la Policía de Phoenix, con 66; la oficina del Sheriff del condado de Los Ángeles, con 50; la Policía de Las Vegas, con 38; la Policía de Chicago, con 32; y la Policía de Nueva York, con 32.