Vladimir el imparable
El presidente Vladimir Putin dio ayer un paso triunfal en su juego político, pero sus fichas podrían estar moviéndose a otras zonas de Ucrania.
Con una reiterada alusión a la “reunificación”, Putin formalizó ayer la anexión de Crimea y el poderío de Rusia con un discurso calificado por la prensa extranjera como el más importante de su carrera política.
En sus palabras, que le valieron una ovación de pie del Parlamento ruso, expresó que Crimea siempre había sido parte de Rusia y que el excesivo intervencionismo de Washington no detuvo su reclamo.
Pedro Pablo CortésEl presidente Vladimir Putin dio ayer un paso triunfal en su juego político, pero sus fichas podrían estar moviéndose a otras zonas de Ucrania.
Con una reiterada alusión a la “reunificación”, Putin formalizó ayer la anexión de Crimea y el poderío de Rusia con un discurso calificado por la prensa extranjera como el más importante de su carrera política.
En sus palabras, que le valieron una ovación de pie del Parlamento ruso, expresó que Crimea siempre había sido parte de Rusia y que el excesivo intervencionismo de Washington no detuvo su reclamo.
“En nuestros corazones, sabemos que Crimea siempre ha sido una parte inalienable de Rusia”, manifestó.
“Nuestros socios occidentales encabezados por Estados Unidos (EU) prefieren guiarse en política internacional por el derecho del más fuerte, creen que solo ellos pueden tener la razón. Aquí y allá utilizan la fuerza contra países independientes”, añadió el líder ruso.
La crisis ucraniana ha colocado al mandatario ruso en uno de sus mejores momentos, pues ahora tiene un nivel de popularidad de 72 por ciento, según un sondeo de la encuestadora independiente Lavada.
Sus acciones dejan perplejos a los políticos occidentales, quienes dudan de qué nuevas acciones tomar en contra de Moscú y a la vez temen que ahora vaya tras otras regiones.
“Me quedé con la sensación de que tenemos un gran problema. Rusia no dará la vuelta”, indicó a la BBC el exembajador de Reino Unido en Moscú, Tony Brenton.
Una nueva hegemonía
“El martes ha sido un día histórico para los rusos no solo porque se han hecho de nuevo con Crimea sino también porque han vuelto a considerarse ciudadanos de una gran potencia”, publicó ayer El País.
Expertos habían adelantado a Reporte Indigo que Crimea volvería a Rusia pese a las sanciones de un Estados Unidos que se tomaba personal un conflicto lejano a sus ciudadanos y de una Unión Europea sin fuerza.
“Algunos políticos de Occidente ya nos amenazaron, no solo con sanciones, sino con posibles problemas internos. Me gustaría saber qué sugieren, ¿traidores nacionales? ¿o deberíamos esperar que empeore la situación económica y social?”, exclamó Putin.
El analista estadounidense Gordon Adams considera que acusar a Putin de irracional no vale y que Washington solo empeorará las cosas si sigue con un discurso que ataque al líder del Kremlin de forma personal.
“La realidad aquí es que esto es un severo reclamo de Putin de que Rusia no aceptará la influencia de Estados Unidos y Europa en un estratégico país vecino. Llámenlo paranoico, agresivo, desagradable, pero es verdad”, escribió ayer para Foreign Policy.
El exaspirante republicano a la presidencia Ron Paul advirtió el lunes que EU no tiene injerencia en el conflicto de Ucrania, por lo que debe retirarse.
“¿Por qué a EU le importa cuál bandera ondeará en un pequeño pedazo de tierra a miles de millas de distancia?”, cuestionó el exsenador en un editoral de USA Today.
“Los críticos acusan la ‘ocupación’ rusa de Crimea como una evidencia de que hubo una injusticia. ¿Dónde estaban estas personas cuando llamaron un ‘triunfo de la democracia’ a las elecciones en Iraq durante la ocupación de las tropas de EU?”.
La Unión Europea quedó relegada, pues no pudo enfrentar el poder de Rusia.
“Putin tiene toda la razón de estar satisfecho. Los europeas reaccionaron lo mínimo a la afronta que el presidente ruso acaba de cometer en Crimea. Moscú ha robado una parte de Ucrania y los europeos han mostrado un bajo perfil”, publicó ayer Le Monde.
¿Irá por más?
“No le crean a aquellos que tratan de asustarlos con Rusia, ni a quienes gritan que otras regiones seguirán después de Crimea. No queremos una división de Ucrania, no la necesitamos”, insistió Vladimir Putin en su discurso.
Pero los expertos dudan del líder del Kremlin, pues al menos cuatro provincias del este de Ucrania, donde hay mayoría rusa, también quisieran un referéndum para unirse a Rusia.
“Parece que el plan de Moscú en este asunto consiste en provocar una escalada de la violencia que desacredite a las autoridades ucranias y le dé a Rusia un pretexto para intervenir”, escribió ayer el analista Marcin Zaborowski en El País.
Ayer, murió baleado un hombre armado en Crimea, pero se desconoce si pertenecía a las fuerzas ucranianas o a los grupos pro-Rusia.
El pronóstico está hecho, pero solo el tiempo decidirá hasta donde escala el conflicto.
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