Una elección marcada por la violencia
La violencia, las protestas y la abstención marcaron la elección que organizó el domingo el presidente venezolano Nicolás Maduro.
La contienda fue realizada para conformar la Asamblea Nacional Constituyente, con la que el chavismo busca sustituir el parlamento de mayoría opositora.
El saldo de la jornada electoral –descalificada por varios países de América Latina – era hasta ayer al menos 12 personas muertas, incluyendo un candidato opositor a la Asamblea.
Pese a los disturbios, el gobierno de Maduro siguió adelante con su plan de escribir una nueva Constitución.
Rubén Zermeño
La violencia, las protestas y la abstención marcaron la elección que organizó el domingo el presidente venezolano Nicolás Maduro.
La contienda fue realizada para conformar la Asamblea Nacional Constituyente, con la que el chavismo busca sustituir el parlamento de mayoría opositora.
El saldo de la jornada electoral –descalificada por varios países de América Latina – era hasta ayer al menos 12 personas muertas, incluyendo un candidato opositor a la Asamblea.
Pese a los disturbios, el gobierno de Maduro siguió adelante con su plan de escribir una nueva Constitución.
Durante la madrugada previa a las elecciones, tres personas ya habían muerto en la región de Los Andes. En este lugar, los opositores ocuparon varios centros electorales quemando varias papeletas, lo que originó conflictos con grupos armados afines al gobierno.
Marcel Pereira e Iraldo José Gutiérrez fueron dos de los asesinados por impactos de bala en Mérida, mientras que un poblador de Táchira también falleció a manos de los oficialistas.
En Caracas, desde temprano, agentes policiales comenzaron a disparar con gases lacrimógenos y perdigones a las personas que protestaban contra la Asamblea de Maduro.
Los venezolanos siguieron en las calles y comenzaron a levantar barricadas en las avenidas principales de Caracas para hacerles frente a los policías antimotines.
Dos policías resultaron heridos mientras intentaban pasar por una de las barricadas ubicada al Este de la capital.
La Fiscalía de Venezuela informó que al medio día de ayer había fallecido Ricardo Campos, de 30 años, quien era secretario juvenil del partido Acción Democrática.
Pero las víctimas no solamente fueron del bando opositor.
El abogado José Félix Pineda, candidato a la Asamblea Constituyente, también fue asesinado a balazos adentro de su hogar por un grupo de hombres armados que irrumpió en su domicilio ubicado en Ciudad Bolívar.
Félix Pineda se convirtió en el segundo candidato a la Asamblea Constituyente muerto durante la campaña electoral. El pasado 10 de julio, José Luis Rivas murió tras ser tiroteado en un acto de campaña en Maracay.
Otras dos personas más murieron en los Andes: Ángelo Méndez, de 28 años, y Eduardo Olave, de 39, quienes fallecieron durante un asalto al colegio electoral de Mérida tras ser heridos por arma de fuego.
Mientras la violencia seguía en las calles, Maduro salió a dar un discurso donde decía que “llueva, truene o relampaguee, el 30 de julio habrá elecciones y habrá constituyente”. Y otro opositor más caía. Luis Zambrano, de 43 años, murió asesinado por un disparo en la cabeza en Barquisimeto.
Un militar también murió durante los disturbios entre manifestantes y fuerzas de seguridad. La víctima fue identificada como Ronald Ramírez, quien recibió un disparo en el pómulo izquierdo durante una manifestación en Táchira.
“La locura y enferma ambición de Nicolás Maduro en estas horas con su monumental fracaso Constituyente ha cobrado la vida de 13 venezolanos”, publicó en sus redes sociales el opositor Henrique Capriles.
Dos menores de edad, uno de 13 y otro de 17 años murieron también durante los enfrentamientos.
Con al menos 12 personas muertas, este 30 de julio se convirtió en la votación más sangrienta en la historial electoral de Venezuela.
El abstencionismo se hizo presente. Para las 14:00 horas de ayer, solamente habían votado 1.3 millones de venezolanos, es decir apenas el 7 por ciento del padrón electoral.
Jaque mate a la democracia
Nicolás Maduro consumó su plan: Ya no existe un contrapoder en Venezuela.
La elección de delegados para formar una Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela fue un éxito para el régimen chavista, con esto, ayer terminó la mayoría opositora en el Parlamento por el que votaron los venezolanos hace dos años.
Ni las protestas en las calles, los muertos, la oposición conformada en la Mesa de Unidad Democrática ni la presión internacional lo pudo frenar. La nueva Cámara leal a Maduro comenzará a legislar a partir de la primera semana de agosto con el fin de crear una nueva Constitución.
Las elecciones de este domingo fueron una victoria para Maduro, pero un sesgo para el país, ya que la comunidad internacional lo desconoce a cada paso que da, y en un futuro próximo podría quedar tan aislado como alguna vez lo estuvo la Cuba castrista.
José Miguel Vivanco, director en América de la asociación internacional Human Rights Watch calificó la jornada de ayer como trágica para Venezuela.
“Le permitiría no sólo perpetuarse en el poder, sino contar con un séquito de seguidores que se encargarán rápidamente de desmantelar las pocas instituciones independientes que quedan en pie, como la Asamblea Nacional o el ministerio público, suspender elecciones y continuar con el espiral de violencia represión”, proyectó el activista social.