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Vuelve la psicosis

Cartas mortales

Los temores que despertó el atentado en el maratón de Boston han alcanzado un punto álgido, al grado que el propio presidente de Estados Unidos fue blanco de un intento de ataque.

La Casa Blanca dio a conocer que el Servicio Secreto logró interceptar una carta dirigida al mandatario Barack Obama con contenido calificado en un principio como “una sustancia sospechosa”.

Posteriormente, fuentes oficiales confirmaron que el contenido dio positivo en ricino venenoso, extracto de una semilla que puede ser mortal en pequeñas cantidades.

Cartas mortales

Los temores que despertó el atentado en el maratón de Boston han alcanzado un punto álgido, al grado que el propio presidente de Estados Unidos fue blanco de un intento de ataque.

La Casa Blanca dio a conocer que el Servicio Secreto logró interceptar una carta dirigida al mandatario Barack Obama con contenido calificado en un principio como “una sustancia sospechosa”.

Posteriormente, fuentes oficiales confirmaron que el contenido dio positivo en ricino venenoso, extracto de una semilla que puede ser mortal en pequeñas cantidades.

Sin embargo, el jefe de Estado norteamericano no fue el primero al que le llegó un mensaje de muerte.

El senador republicano Roger Wicher recibió un sobre con la misma sustancia mortífera, un día después de la doble explosión a unos metros de la línea de meta de la competición deportiva.

El vocero de prensa de la Casa Blanca Jay Carney confirmó los hechos, aunque se mostró nervioso cuando se le preguntó por la relación de las cartas con el doble atentado. El caso está siendo investigado por la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés), la Policía del Capitolio y el Servicio Secreto.

Con un ojo en el Islam

El resurgimiento de la palabra “terrorismo” como la nota del día en Estados Unidos y en diversos medios internacionales ha provocado que la comunidad musulmana en la Unión Americana tema lo peor.

Practicantes del Islam siguen de cerca lo que vaya revelando las investigaciones en torno a los bombazos de Boston, sobre todo por el déjà vu de represalias que pueden recibir en caso de que el autor intelectual o material sea de origen árabe o musulmán.

Los investigadores a cargo tienen un amplio rango de sospechosos, desde supremacistas de la raza blanca y estadounidenses de extrema derecha, hasta extranjeros practicantes del Islam. Después de los ataques perpetrados el 11 de septiembre, atribuidos al grupo extremista Al Qaeda, aumentaron considerablemente los crímenes de odio contra musulmanes o árabes en EU, de acuerdo a AFP.

“Debido a que el estereotipo de los musulmanes como terroristas y gente desleal se ha arraigado en la cultura norteamericana, hay una fuerte probabilidad de que los creyentes del Islam en EU se enfrenten a recibimientos agresivos si el sospechoso (del ataque)…es musulmán”, comentó para la agencia noticiosa Sahar Aziz, del Instituto para la Política Social y el Entendimiento.

Recientemente, los dos ciudadanos de Arabia Saudita heridos en el atentado y sospechosos potenciales, fueron absueltos de toda suspicacia.

Asimismo, el rey saudita Abdullah dijo que las personas detrás de los bombazos “no pertenecen a ninguna religión” ya que “no hay ética o valores que acepten este hecho”, reportó Saudi Press Agency.

Bombas hechas ‘en la cocina de mamá’

Aunque ningún grupo se ha adjudicado la autoría del atentado, ciertos aspectos apuntan a células terroristas vinculadas a extremistas islámicos.

El primero es el antecedente del intento de atentado con coche bomba en Times Square, Nueva York, el primero de mayo de 2010.

En esa ocasión, autoridades federales arrestaron a Faisal Shahzad, un residente norteamericano de origen paquistaní, quien fallidamente colocó una camioneta con explosivos de fabricación casera en su interior.

Dentro del vehículo Nissan Pathfinder había, entre otras cosas, una olla de presión que contenía varios cables conectados a dos relojes, además de tres tanques de 20 galones llenos de propano.

Oficiales de la administración de Obama durante su primer periodo vincularon a Shahzad al Talibán de Paquistán, quienes lo habrían adiestrado en la fabricación de bombas de fácil manufactura, según The Wall Street Journal.

El segundo antecedente se remonta a una publicación de nombre Inspire, plataforma propagandística de Sada Al-Malahim, que es una ramificación del medio extremista Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP, por sus siglas en inglés).

En dicha revista, en términos prácticos, resulta ser un manual de cómo cometer atentados terroristas con utensilios que encontrarías “hasta en la cocina de mamá”.

En la descripción de la edición se lee: “Esta es una guía paso a paso de cómo convertirte en un mujahid (militante del Islam comprometido con el yihad o “guerra santa”) solitario”. 

Explica desde la forma de hacer incendios forestales, provocar percances viales mortales hasta la fabricación de bombas con cables, pilas, clavos y otras sustancias.

“La olla de presión es el método más efectivo (…) En este artículo cubrimos todas las ideas posibles para un mujahid solitario”, dice el instructivo.

El dispositivo que los investigadores del FBI encontraron la escena del crimen en Boston es sumamente similar al descrito por Inspire.

boston

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