Y qué no le cambien de nombre, hay tres fracasos en esta temporada que acaba de terminar y en la que estamos de cara a la Liguilla.
Toluca, Cruz Azul y perdón, Pumas, que puede salvar la campaña si se mete un poco más en la Libertadores, aunque eso lo sabremos hasta el otro semestre.
El Cruz Azul de siempre, ese pecho frío, apático, desangelado, con una falta comunicación y convicción entre los que dice Tomás Boy, implantado en sus soberbia, y lo que le dice al grupo.
El equipo se le cayó por ahí de la fecha 12-13 cuando ya la gente se había animado a regresar al estadio.
Comenzaron la presiones a los jugadores que ya no van a estar en la temporada, en ese perverso círculo vicioso del Cruz Azul de priorizar el negocio de la compra-venta de jugadores a cumplir con su afición Es aberrante.
Y todavía que el técnico Tomás Boy, metido en sus soberbia, otra vez contagiado de ese egocentrismo cuando al principio de los proyectos funciona, diciendo: “Yo voy a decidir si me voy o no me voy, ¡HELLO!, con qué méritos.
El de Toluca con Cardozo es muy parecido. José Saturnino acabó de estar con Toluca hace unas semanas, y 2 más 2 son 4, probablemente ambos tenían proyectado ya a dónde quieren irse, en Cruz Azul se dice que le están haciendo un huequito para que entre Cardozo, y Tomás Boy esperando un proyecto que puede que no se le haga. Así las cosas, son fracasototes.
Lo de Pumas es un paliativo, no se metió a la Liguilla, tiene la Copa Libertadores por delante y esperemos que cumpla ahí, pero no le cambien de nombre, para estos tres equipos la temporada que concluyó se llama fracaso.