No estaría mal que la Liga MX promoviera, porque de patrocinar ni hablamos, ellos están para recibir mucha lana, no para convertirla en patrocinios, una corrida de toros de gran nivel.
Las mejores ganaderías entregarían a sus mejores astados, se contrataría a los mejores matadores del momento, si no nos alcanzan los de aquí pues habría que ir por José Tomás, al fin y al cabo ya reapareció en Aguascalientes, la plaza que estuvo a punto de verlo morir salvándose de milagro de aquella cornada de hace un año.
Cada toro llevaría el nombre de uno de los seis equipos que compiten por el dudoso honor de ser el peor fracaso de la Liga MX, ahí les va en riguroso y estricto orden de fracasotes hasta aparición de fracasos:
1. El fracaso azul es escandaloso
N o hay equipo en nuestra Liga MX con mayor inversión y apoyo semestral que el Cruz Azul que preside desde hace muchos ayeres don Billy Álvarez, es entonces el propio Billy el líder de tremendo fracasotote.
Cada torneo corto la Máquina sale en busca de refuerzos, siempre extranjeros salvo muy escasas excepciones, que llegan a sustituir a otros dos o tres que habían llegado recientemente y que igualmente sustituyeron a otros tantos de corta estadía en La Noria.
Para esta temporada, el equipo de promotores de cabecera de Cruz Azul, encabezados por el fantasmagórico Carlos Hurtado, les encajó unos cuantos petardos.
El tal Alemao lo que tiene de simpático y carismático lo presume de malísima calidad, hay mucha gente en Cruz Azul y alrededores que juegan mucho más que este güero que si bien conectó con la tribuna, jamás lo hizo con sus compañeros y menos acertando al marco rival.
Roque Santacruz fue un petardazo que se la pasó lesionado o haciéndose que todavía no se recuperaba, su único triunfo es haberse llenado los bolsillos y engrosado la chequera de los promotores de siempre.
Probablemente veremos la salida de varios que ya acabaron de estar, encabezados por el siempre luchón y partiéndose el alma Gerardo Torrado, habrá limpia en Cruz Azul, y lana para llenarse los bolsillos de sus promotores y asesores, total, a río revuelto, ganan los promotores… y sus socios desconocidos.
2 Pumas: cero paciencia
Pedirle a la súper fiel afición Puma más paciencia, esperando el regreso de la Cantera, que ya está allí cerquita, que ahora sí va de adeveras, que los de la UNAM armarán un cuadro sólido a la usanza de los tiempos gloriosos con solo algunos refuerzos estratégicos, es más jalado de los pelos que creer que ahora sí tendremos una Policía confiable, casi como aquella “Policía de Barrio”, que muchos políticos habladores del DF nos quieren vender barato.
Tratar de revivir aquellos policías que, dicen los que lo vivieron, eran elementos respetables que imponían autoridad a sus vecinos, nada de eso va a pasar y la paciencia ya se agotó hace tiempo.
No se trata solo de mover a “Memo” Vázquez y que venga el que sea, se trata de un plan de desarrollo disciplinado y eficaz que haga renacer la mística Puma, solo que “reloaded” a estos tiempos.
Al final “Memo” encontró resultados después de un pésimo arranque y hasta estabilidad tardía cuando dejó en la banca a sus refuerzos veteranazos para jugársela al estilo Puma con canteranos, aún así el que Pumas no se meta entre los ocho de la Liguilla es un absoluto fracaso, aquí no hay para mediocridades.
3. El cuento de Rayados
Haber corrido en la Fecha 6 a Carlitos Barra para traer al “Turco” de los amores de muchos aficionados regios, no es excusa para que Monterrey dejara de calificar a la Liguilla, lo tuvo todo, pero nada pasó.
Luis Miguel Salvador tendrá que ponerle cara a los promotores que le encajaron a tanto colombiano petardo que no dieron en rendimiento ni la mitad de lo que costaron.
La noble afición rayada ávida de resultados como los que cayeron por racimos en la gloriosa época reciente de Vucetich, seguramente se comprará el título de goleo de Dorlan Pabón que no sirve para nada, están fuera y ahora es el turno de Mohamed para irse a Sudamérica a hincharle los bolsillos a los promotores de su confianza, es la regla del futbol para cualquier técnico argentino que se precie de serlo y Directiva que lo solape.
4. Toluca: el cuento Cardozo
No hay en el horizonte de nuestra Liga MX un técnico más apapachado por su Directiva que José Saturnino Cardozo, a quién el frío público de Toluca idolatra y le perdona todo, desde errores tácticos que el paraguayo sabe quitarse como torero caro, hasta comprarle los cuentos de complots arbitrales de cada derrota sufrida, nunca por cierto de sus victorias.
Toluca hizo del estadio La Bombonera un infierno como locales, allí nadie pasó, solo que de visita fueron más mansos que vacas pastando.
5. León: ¿y la fiera?
No puedo aceptar que Gustavo Matosas pesara tanto en una organización que se precia de orden administrativo y disciplina corporativa.
Lo cierto es que esta directiva del León encabezada por Martinez Jr., sigue recibiendo órdenes directas y las decisiones más importantes desde lo alto del Corporativo del Grupo Pachuca, como la elección de Juan Antonio Pizzi para reemplazo del técnico uruguayo Matosas que ahora viste de etiqueta en el América.
A Pizzi le quedó grande la Liga MX, esto es un hecho, Grupo Pachuca sabe un rato largo de ese tema de tener paciencia con los técnicos a los que le ven espolones para gallo, solo que un campeón reciente com León no puede fracasar tan estrepitosamente en tan poco tiempo, ni hacer sentir a su plantel y afición que el mayor mérito de los títulos fueron precisamente de Matosas. Este fue un fracaso por los cuatro costados.
6. ¿Y la UdeG?
Aquí no hubo fracaso, se fue por donde vino de la misma forma que apareció inesperadamente en Primera División (aquí le decimos Liga MX) se fue sin hacer aspavientos, sin decir adiós, sus directivos, políticos de colmillo retorcido, se quedaron en la época de los primeros Leones Negros, hace más de 20 años y así operaron el equipo, pésimas contrataciones, dinero a raudales, pura bola de humo, nadie los va a extrañar, fueron el peor equipo de todos en el primer torneo, y así siguieron el segundo, eso sí, le tiraron al arbitraje con todo, excusas de tercera clase.