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Acciones chiquitas, resultados gigantes

Acciones pequeñas transformaciones profundas, eso es lo que el viernes por la mañana tuve el gusto de compartir con un grupo de mujeres que analizaban cómo fue que llegamos hasta donde nos encontramos y cómo podemos modificarlo. 

Fue interesante captar que la suma de acciones pequeñas nos llevó hasta aquí. Y que será de la misma manera como habremos de salir adelante. 

Adicionalmente, al momento de describir cómo nos sentimos como sociedad y cómo estamos, la lista fue sorprendente: Sin esperanza, víctimas, sin libertad, con miedo, en el egoísmo, etc. 

Acciones pequeñas transformaciones profundas, eso es lo que el viernes por la mañana tuve el gusto de compartir con un grupo de mujeres que analizaban cómo fue que llegamos hasta donde nos encontramos y cómo podemos modificarlo. 

Fue interesante captar que la suma de acciones pequeñas nos llevó hasta aquí. Y que será de la misma manera como habremos de salir adelante. 

Adicionalmente, al momento de describir cómo nos sentimos como sociedad y cómo estamos, la lista fue sorprendente: Sin esperanza, víctimas, sin libertad, con miedo, en el egoísmo, etc. 

Con esto el panorama pintaría ser desolador, pero cuando vemos hacia adelante y concebimos que podemos alterar eso con nuestros actos diarios, se pone de pie el ciudadano y regresa la esperanza, la libertad, se aleja el miedo y el egoísmo termina siendo cosa del pasado.

Al final que nos quede claro, lo que es este paso, dejar de ser habitantes para convertirnos en ciudadanos… Es decir, asumirme como corresponsable y creador de mi realidad.  Ahí aparece el Sí SE PUEDE, porque cada uno va creando el futuro deseado.

Esa es la invitación a la que nos lleva el ponernos de pie y evolucionar,  dejando de ser simples habitantes y ser causa de nuestra realidad deseada.

Y MIENTRAS ESTO PASABA, el Senado de la República debatía la selección de sus magistrados y rechazaba una y otra terna, para aparentemente terminar en algo peor que lo mismo. 

Se vuelve difícil pensar que el trabajo sucio lo hace quien va a dejar el gobierno y que le prepara a la administración entrante las cosas de tal manera, que el gobierno entrante no se tenga que ensuciar las manos.

Imposible pensar que hagan eso, cuando lo mínimo en lo que ya tendría que trabajar el gobierno de Calderón y el PAN sería en reconstruir la confianza de la sociedad y comenzar a recoger los pedazos del rompecabezas, para ver si con ellos puede volver a armar algo.

Pobre México dirían las víctimas, tan lejos de la legalización de la droga y tan cerca de los que la consumen. 

Mientras que los ciudadanos dicen: “voy a hacer que suceda lo que quiero que suceda, sin importar si la droga es legal, ilegal y que tan cerca esté de quien sea, porque yo hago la diferencia”.  

Sólo así podemos entender la esperanza con la que se camina, a pesar de los malos gobernantes.

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