A nuestro director técnico nacional Miguel Herrera, se le acaba lo que los políticos llamarían “Su Capital Político”, ese que muchos dicen que arriesgan por el bien de la Patria, aunque en la mayoría de las ocasiones sean riesgos calculados.
Miguel Herrera no tiene capital político, ¡que va! lo suyo es el fut y su “Capital Futbolero” se mide única y exclusivamente por resultados.
El balance final entre triunfos, empates, derrotas, títulos y torneos, generan número fríos que le darán continuidad a su proyecto, o de plano le ocurre lo que a tantos de sus antecesores en nuestra Selección Nacional, “Chepo” de la Torre el más reciente, que deja trunco lo que cada técnico llama “SU Proyecto”.
El capital político está agotado
Muchos lo han juzgado en las últimas semanas por aquel tweet en el que expresó su simpatía política, nos guste o no es su derecho y esto es incuestionable, por más que digan que “trató de influir” en la elección, el INE del “Llanero Solitario” Cordova lo está analizando, si es así entonces que analice a varias decenas de los cuates ó tuiteros que ese mismo domingo 7 de junio mandaron mensajes relacionados con sus preferencias para la elección, muchos de ellos inclusive invitando a no ir a votar, si investigan al “Piojo” y otros de los llamados famosos, pues el INE tiene una tarea descomunal.
Pero no me refiero a “ese” Capital Político de Miguel, que desde luego no tiene ahorita, pero que en un descuido le sucede lo que al “Cuauh” y ¡zaz! a candidatearse y buscar curul o Presidencia Municipal, la misma instancia en la que hace un par de años ni Cuauhtémoc soñaba y ya ven, es el presidente municipal electo de una de las cinco ciudades más conflictivas del país.
Ardido o político
Se le ha agotado, ese en el que tiene mucho que ver su convicción de saberse técnico nacional de la Selección Mexicana de Futbol que le obliga a serlo las 24 horas del día, por esto nada de político pero sí de ardido son sus declaraciones, tundiéndole al arbitraje después de los partidos ante Bolivia (empate a cero) y Ecuador (derrota 1-2) en ambas declara, no a título personal sino como Director Técnico del Tri, lo que hace oficial su postura.
Ante Ecuador lo expulsan y les dice, eso sí, en su cara, “Tercia de Tontos”, ante Bolivia señala que le quitaron dos penaltis clarísimos y por eso no metimos una, claro, en ambos casos olvida que las pocas llegadas que tuvieron los nuestros se estrellaron ante la defensa o el arquero rival cuando ocasionalmente iban a la portería.
Con Bolivia declara que nos robaron dos penaltis y que así no se puede, que hay que vencer al rival y también al arbitraje sudamericano tan convencido de ir con los locales por default.
Eso sí, ante Chile, que por momentos nos apedrea el rancho y le quitan dos anotaciones por apretadísimos fuera de lugar, Miguel no dice ni pío, y es que esta vez la mano arbitral nos favorece, no digo que lo compramos, pero sí que nos favoreció.
Aquí queda bien aquello de o todos coludos o todos rabones, pero Miguel pierde tres oportunidades de quedarse callado en el tema arbitral, la víscera le gana y habla antes de pensar y ahí están las consecuencias.
Falta humildad…
Para hacer una autocrítica a fondo y encerrona con el Grupo B que nos representó, mensajes como el de Herrera solo confunden y le quitan responsabilidad al jugador que así se siente protegido hasta para tirarse a la hamaca a echar unas siestecistas.
La autocrítica debe ir muy a fondo en este grupo, no solo jugadores sino la Dirección de Selecciones y por supuesto el cuerpo técnico, echarle la culpa al arbitraje es, ha sido y seguirá siendo la excusa perfecta para, en este caso específico, ocultar la mediocre realidad en lo individual y colectivo, aquí no se salva ni quien lleva los mensajes.
Así las cosas, una vez más a Miguel lo vencen en dos terrenos, en la cancha siendo eliminados en primera ronda quedando como uno de los dos peores equipos del Torneo Copa América.
Pierde también en su calidad de líder del grupo, el que da la cara, salir a decir que “Yo soy el que me equivoqué en el planteamiento y en los cambios”, es lavarle la cara a sus jugadores en un argumento que nada más no me lo creo.
A este equipo le faltó talento colectivo, individual y convicción al hacer cosas muy alejadas de lo que su técnico les planteaba, falta de credibilidad o limitación táctica, eso está por verse y conste, ojalá no contagien a los de la Copa Oro, el “TRI”… Así de fácil.