Arroyo en Lotenal

Fuerte suena el nombre del priista Francisco Arroyo Vieyra como el próximo titular de la Lotería Nacional. El experimentado legislador podría llegar en las próximas semanas a esta dependencia histórica en México. Dicen los que saben que no sería una mala decisión pues el exdiputado es un vehemente conocedor de la historia de México y podría darle a la Lotenal un toque personal basado en su afición por conocer el pasado de México. Nadie duda que estando el guanajuatense en el cargo se podría hacer un billete conmemorativo de uno de los mejores escritores de México, su paisano Jorge Ibargüengoitia. 

Un nuevo PRD

El dirigente del sol azteca, Carlos Navarrete, anunció que en la próxima asamblea general del partido impulsará una renovación de este instituto político. Esto se realizará los próximos días 7 y 8 de agosto y se trata de generar cambios de tipo político y orgánico del PRD. Al interior del PRD no supieron cómo entender el anuncio de Navarrete, pues todos atribuyen la debacle del partido precisamente a la tribu a la que él pertenece: Los Chuchos. Por eso es que para poder dar ese cambio que anuncia se tendría que hacer algo precisamente con el control que ejercen sobre las decisiones perredistas los propios jefes del grupo político al que él pertenece. Por eso es que la renovación del partido podría marcar un parteaguas en la carrera política del exsenador. ¿Se atreverá a poner en orden a los jefes de su tribu?

La suerte del Caballito

Este fin de semana hubo cambios en el Fideicomiso del Centro Histórico. El perredista Inti Muñoz salió y en su lugar el Gobierno del Distrito Federal anunció que entró José Mariano Leyva. Muñoz estuvo durante toda la polémica del deterioro que se hizo la escultura ecuestre de Carlos IV, mejor conocida como El Caballito. Y es que cuando quisieron darle una manita de gato le dieron un zarpazo de tigre, se utilizaron materiales no apropiados y quedó manchada. Ahora con los cambios menos claro quedará quién fue el responsable de tomar esa decisión que provocó un daño irreparable a una estatua representativa del Centro Histórico de la Ciudad de México, hecha por el famoso escultor español Manuel Tolsá.