Atrévete a negociar
Dice el dicho que “en el pedir está el dar” y en una negociación tenemos que exponer nuestras ofertas. Hay que atrevernos a hacer un ofrecimiento, incluso ante quienes solemos jamás hacerlo o nos parece muy atrevido, como las tiendas departamentales. Entramos a las tiendas y vemos los precios que quizás nos parecen altos en […]
Jorge Monsalve FloresDice el dicho que “en el pedir está el dar” y en una negociación tenemos que exponer nuestras ofertas. Hay que atrevernos a hacer un ofrecimiento, incluso ante quienes solemos jamás hacerlo o nos parece muy atrevido, como las tiendas departamentales.
Entramos a las tiendas y vemos los precios que quizás nos parecen altos en los artículos que queremos ver en nuestra casa. Es momento de quitarnos esa limitante y hacer una oferta al gerente, quien seguro puede tomar una decisión.
Recordemos que ellos tienen metas que cumplir y si queremos varios artículos podemos proponer un descuento. Evidentemente, descarto que podamos comprar a precios ridículamente bajos, pero si pensamos en llevarnos varios artículos podemos obtener descuentos o más de estas mercancías. Hay que analizar sus posturas y dirigirnos con quien puede tomar decisiones.
Me pasó alguna vez, poco antes de mi boda. Junto con mi ahora esposa tomé una camioneta y fuimos a Estados Unidos a surtirnos de artículos para nuestro hogar. Queríamos conseguir algunas pantallas y otras cosas.
En un Best Buy encontré varios artículos que eran de mi interés e intenté hacer un ofrecimiento menor al precio total que sumaban los artículos. El trabajador primero me dijo que no.
¡Mi prometida se moría de la pena! Estábamos a unos días de casarnos. Fuimos a comprar todas las cosas a San Antonio, Texas, porque en México era demasiado caro.
Les dije “me voy a llevar esto, esto y esto, ¿qué descuento me van a hacer?” Mi esposa se puso amarilla. Fue y se escondió. Recuerdo que se veía pálida, dio la media vuelta como diciendo “a éste yo no lo conozco”.
Llamé al gerente porque iba a comprar televisiones y otras cosas, y sospeché que habría alguna oportunidad. Recuerda: Pedir no empobrece.
Cuando llegó el gerente le pregunté por un Circuit City, la tienda que entonces era la competencia de Best Buy. Me preguntó por qué, y respondí, “porque aquí no me quieren dar un descuento. Me quiero llevar todas estas cosas”.
“Espera”, me dijo. Dialogamos y me aplicó una buena rebaja. Recuerdo que al principio los colaboradores del establecimiento me habían dicho que me iban a dar un DVD. Yo iba por más.
Mi esposa se puso todavía peor de la vergüenza, pero ese día salí con un buen descuento.
Esta es una estrategia que aplico en todas las tiendas. En Saks, en Liverpool, en Palacio de Hierro, con los bancos. Con un establecimiento bancario se puede negociar el pago de la anualidad de tu tarjeta y otras cuotas, por ejemplo.
Estas grandes marcas tienen la capacidad de aceptar ofertas de los clientes porque tienen que cumplir con metas de venta, es decir, tienen que vender, y siempre existe por ello una oportunidad para negociar.
Esa oportunidad está en todos lados, y si te la rechazan, siempre queda la opción de ir a la tienda de enfrente. Hay que aprender a negociar, hay que tenerlo en la sangre.
Por cierto, todavía me regresé y mi esposa se puso todavía más roja cuando les dije: “¡Ey, ustedes me dijeron que me iban a dar un DVD!”