El árbitro se faja los pantalones, aunque sean cortitos, sacando amarillas a destajo desde el silbatazo inicial, repite dosis a Rubens Sambueza y a Aquivaldo Mosquera, echándolos a la regadera antes de que su reloj marcara 40 minutos de juego.
América se queda con 9, Miguel Herrera ajusta como violinista de primera para defender “su rancho”, aguantando vara hasta levantar el puño en señal de victoria.
Aunque los detractores por oficio del gremio arbitral han quedado en silencio, se les olvida ver este segundo ángulo del que seguramente sacarían harta raja en esa perversa leyenda del apoyo al América, hoy le expulsan a dos para que su victoria fuera más lucida, sonada, contundente y hasta épica .
Como buenos perros
Xolos salió marcando su territorio como peligroso e impenetrable. El América del “Piojo” saca la casta ante las adversidades que van desde la expulsión de Aquivaldo que se gana a gritos la primera amarilla protestando y gesticulando la segunda de Rubens que marcaría la expulsión del “Sambo”, tanto tiempo en el baile y Aquivaldo no aprende que jamás un árbitro que se respete va a cambiar una decisión por protesta de los jugadores, aunque le echen montón.
La segunda también la trabaja el colombiano de forma impecable al tirarse sobre Fernando Arce como si se jugara la máscara porque la cabellera hace rato que no puede apostarla.
Le había tocado ver las amarillas a Rubens Sambueza, al probar la mecha tan cortita que llevó en el equipaje compacto por vuelo largo el árbitro Flores, apenas a los 50 segundos le muestra la primera amarilla para rubricarla después y echarlo a los 21’.
En el camino Osvaldo Martínez y Francisco Javier “Maza” Rodríguez deciden bajarle tres rayitas a su intensidad al ver de cerquita esa misma tarjeta. Con solo nueve en el terreno parecía que Xolos se tiraría a la yugular de las Águilas, que saltaron al segundo tiempo con la consigna de defender la ventaja de uno a cero, cuando los de Mohamed apenas comenzaban la apedreada del rancho americanista. En eso viene un chutazo de antología de Paul Aguilar como para avisarle al José Manuel “Chepo” de la Torre que su espantosa actuación ante Jamaica es cosa del pasado.
El América más mexicano
Miguel Herrera mueve sus piezas apostando por una alineación recortada y sin extranjeros para hacer frente a la tormenta que se veía venir en la cancha, porque la ordenada por San Pedro desde el cielo había terminado por la mañana helada de estas fechas en Tijuana.
Las expulsiones de Aquivaldo y Sambueza y los ajustes al sacar a Christian Benítez, rabieta de por medio antes de finalizar el primer tiempo metiendo al Juan Carlos“Negro” Medina con la consigna de defender el rancho y luego al meter al Juan Carlos “Topo” Valenzuela dejando en el vestidor a “Osvaldito”, todo como apoyo al crecidísimo Moisés Muñoz, figura indiscutible de este juego bizarro.
Tigres come lumbre
Los de Ricardo Ferretti se meten al infierno de Toluca, hoy más tibio que el agua calientita, a dar una lección de futbol audaz y sin complejos atacando a los del “profe” Enrique Meza, al que se indigestaron las quesadillas del viernes en la convivencia forzada con los líderes de las porras del Toluca, a tal grado que cuando cae el primer gol de Tigres al minuto 34, las cosas estaban como para ir ganando de tres para arriba.
Las llegadas de Tigres se dieron por todos lados, el tridente Juninho – Lucas Lobos – Emanuel Villa fué complementado con las llegadas insistentes de jorge Torres Nilo que al igual que Paul Aguilar en América, salió a mandar avisos de que el desastre ante Jamaica fue solo una mala noche.
Lo de Villa es digno de destacar por ser el mandón entre los goleadores al recuperar ese instinto coartado en Pumas.
Lo de Toluca es ya más que preocupante, el superlíder de la campaña anterior se lleva su tercera derrota al hilo, y todas más que merecidas.
La frustración en Pumas
El futbol se gana con goles, los muchos minutos de dominio y control son como agua que se va entre las manos si no se reflejan en el marcador.
Mal que Pumas padece a lo largo de este torneo, pues vuelve a quedarse rumiando la cercanía del triunfo merecido al no poder concretar tantas oportunidades.
El fuelle de los universitarios fue letal para la máquina hoy dirigida por el ex – puma Memo Vazquez, que ya no sentía lo duro sino lo tupido a grado de agradecer a los dioses del estadio el que llegara el silbatazo final.
Mención especial, una vez mas, la soberbia actuación de José de Jesús Corona, nuestro guardameta nacional. En el primer tiempo gana dos mano a mano y saca tres disparos de gente grande que la fiel tribuna universitaria coreaba ya como gol.
Y ya que de ganar se trata, los mismos dioses se ven benévolos con Chivas, que saca un resultado enorme en casa de Rayados en Monterrey, un estupendo gol en jugada iniciada por Marco Fabián.