http://youtu.be/77SUmRNusog
Lo presentado por el equipo auriazul en el partido ante el América en Ciudad Universitaria el lunes pasado es intolerable, es aberrante.
Hay formas de ganar y formas de perder, desde luego no hay nada como la victoria, pero tampoco se trata de buscar derrotas con la cara al sol. Se trata de poner el corazón y la garra por delante, y si a éstos once más los que estaban en la banca, no les motiva para sacar la garra, para sacar la vergüenza profesional un juego contra el América, no sé de dónde se van a motivar.
Pumas está viviendo una mediocridad…
En una zona de confort para sus jugadores, algunos mediocres, y en un equipo que se diseñó de verdad equivocadamente.
Cierto que en este momento podemos decir que era la administración de Alberto García Aspe. Sí, él diseñó el equipo y desde que trajo a Joaquín del Olmo las dos temporadas anteriores, lo habían llevado para aprender. Increíble esto.
¿Aprendió? No sé si aprendió, pero de que fracasó el proyecto de Alberto García Aspe, si es que en algún momento hubo proyecto, fracasó.
Pero ya no podemos ver atrás, hay que ver hacia adelante.
¿Qué puede hacer el equipo de la Universidad Nacional Autónoma de México con esta pedacería que tiene en frente, en donde ya pasada la mitad de la temporada vemos que el equipo no levanta y sigue dando vergüenzas?
Insisto, el América y los Pumas tienen una rivalidad que se remonta a los ocho, diez y doce años, porque se enfrentan constantemente en todos los niveles, así que cuando llegan al nivel profesional la pasión brota en forma natural, ésa es la rivalidad. Pero después de verlos jugar ante el América el lunes pasado, no brotó ya no digo la pasión o la emoción, ¡la vergüenza profesional, la garra puma!.
Era como para que al medio tiempo les hubieran quitado las camisetas y les hubieran puesto los chalecos de entrenamiento. No merecen la camiseta que están portando.
Y qué tal Chivas…
Con el cuento de que el Guadalajara es un equipo formador de talento.
Un equipo que busca talentos, los forma, los presenta y más adelante los vende. Porque resulta que en el Guadalajara hay ese cuento, esa leyenda urbana de que le venden muy caros a los jugadores. Bueno, con ese cuento Jorge Vergara ha vivido durante once años, mediocres, fracasados, absolutamente humillantes.
Alguien me diría, como ocurrió el domingo pasado cuando estuve en Guadalajara…
‘Total, es el dinero de Jorge…’
Y por supuesto, de su esposa Angélica Fuentes, y pueden perder muchísimo más, pero el que ya no se presente al estadio, que el lugar donde él encierra sus autos tenga una cortina de acero para que no lo agredan,no es lo que el buscaba.
Cuando sí es cierto que se ha convertido en el tapatío más famoso de la República Mexicana, si es eso lo que él buscaba. Su proyecto fracasó, el delegar y saber construir equipos no es lo suyo, pero el Guadalajara sigue generando y dando solo vergüenzas. Traer en el culto a la mediocridad a un entrenador como Juan Carlos Ortega, que nunca había dirigido en Primera División y no había dirigido yo creo que ni en partidos “de quinto A contra quinto B de primaria” es más que vergonzoso.
Insisto en el cuento de que no le venden jugadores o que los aumentan de precio, todos los demás equipos que traen extranjeros que están arriba, América, Monterrey, Tigres, Santos, Toluca, Xolos pagan buen dinero por los jugadores extranjeros, que es el mismo dinero que tendría que invertir el equipo del Guadalajara y si no, habría que recordar aquello: “Si no puedes, hazte a un lado”.
Así las cosas pues, ya basta de mediocridad en dos equipos fuertes, dos de los equipos más populares del futbol mexicano.
