Este fin de semana el gobernador Jaime Rodríguez y el exprocurador del Estado, Roberto Flores, se sentarán a negociar los términos de su rompimiento.
Ni a Flores ni a Rodríguez les conviene que esta fractura desate una guerra donde ni el exprocurador ni el mandatario saldrían bien librados.
Mal le tuvo que haber caído a Flores el anuncio hecho ayer por “El Bronco” de que el subprocurador Bernardo González se quedará como encargado del despacho.
González no representa ninguna garantía de protección para Flores ni mucho menos para “La Guber”, el grupo de Carlos Guevara, jefe de escoltas del mandatario.
La pregunta para Flores no es qué puede negociar con Rodríguez, si la Fiscalía General para uno de los suyos, la Subprocuraduría de Ministerios Públicos o la candidatura a la Alcaldía de Monterrey.
La pregunta es si Flores realmente está en posición de negociar y cuál será el punto de quiebre.
“El Bronco” tendrá que negociar con Roberto. Está obligado. Cualquier otra opción representa prácticamente un suicidio político y su despedida de la candidatura presidencial para el 2018.
Consejo de seguridad sumiso
Hubo alguna vez un Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado que era realmente un contrapeso y una voz crítica para el gobierno en turno.
Lo presidía el prestigiado abogado Alfonso Verde Cuenca.
Hoy ese organismo responsable (se supone) de coadyuvar con el Gobierno del Estado en la estrategia contra la delincuencia está convertido en una pantomima.
La sumisión tiene una explicacion: el presidente del organismo desde hace un año es Arturo Fernández Martínez.
No se preocupe. Es un total desconocido en el tema de la seguridad pública y participación ciudadana.
Su único mérito es que su hijo es el secretario particular de Manuel González, secretario general de Gobierno.
Algunos de los integrantes del Consejo –los independientes, claro- no están de acuerdo con el papel de comparsa en que está convirtiendo Fernández a este organismo y en los próximos días renunciarán a sus cargos.
El plan de Fernández es que les paguen bien para hablar puras cosas bonitas del gobierno estatal. Los organismos de participación ciudadana en Nuevo León secuestrados.
Manuel orquestó golpe contra Ismael
El Gobierno del Estado no hizo nada por esconder su intervención en el conflicto de la CTM-FEAT, que terminó con la renuncia este miércoles de los transportistas a la central obrera que encabeza Ismael Flores.
El evento público del deslinde de la FEAT se realizó en el mismo Palacio de Gobierno.
Nos dicen que fue el mismo Manuel González, secretario general de Gobierno, quien amenazó al líder Juan Manuel Méndez para que presionara a los agremiados para desconocer a Flores como líder transportista.
González presionó a través de Jorge Longoria, titular de la Agencia Estatal de Transporte del Estado, quien amenazó con retirar las concesiones a los transportistas si no se alineaban con el Gobierno del Estado.
No hay duda que “El Bronco” trae muchos frentes abiertos.