Cajita sin regalo

Sin duda un alto honor y orgullo el que el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, haya abierto un hueco en su agenda para recibir a nuestros atletas distinguidos en los Panamericanos y ParaPanamericanos TORONTO 2015, en donde se lograron excelentes resultados, incluso históricos en el total de medallas, aunque los muy puristas  se rasgan vestiduras destilando ácido porque: “No se cumplieron los objetivos”, al quedar cortos en una de oro a las presupuestadas, pero 20 arriba en el medallero total.

Peña Nieto honra su palabra…

Al recibirlos después de no haber podido asistir a la Ceremonia de Abanderamiento unos días antes de partir a Toronto por, entre otras cosas, encontrarse convaleciente a su intervención quirúrgica.

El Presidente y su esposa Angélica Rivera no solo convivieron con ellos, sino que rompieron esos exigentes protocolos para llevar la reunión a un tono cordial y hasta festivo.

Acompañaron al Presidente Peña Nieto, Carlos Padilla del COM , Alfredo Castillo de CONADE y parte de sus respectivos “gabinetes”.

Es otro Castillo

Este Alfredo Castillo que encabezó la reunión a nombre del Deporte Mexicano, es muy distinto al que lanzó aquel triste discurso en el abanderamiento arriba mencionado, con la presencia monolítica de el exSecretario de Educación, Don Emilio Chauyfett, a la audiencia del Presidente Peña Nieto.

Ese discurso fue amedrentador, mas un regaño y hasta amenaza, que un estimulante espaldarazo para quienes se han dedicado con alma, vida y corazón al deporte en el que sus marcas y requisitos solicitados les dieron el derechode asistir a jugársela, representando a nuestro país en la máxima justa contiental.

Luego Alfredo Castillo llega a Toronto señalando horas antes del arranque de los Panamericanos, que no habría apoyos económicos como era, hasta ese día, la costumbre en anteriores justas, argumentando el recorte presupuestal en nuestro país, seguramente como una “brillante ideota” de alguno de sus asesores.

Valiente rectificación

Afortunadamente el Director de la CONADE rectifica casi al día siguiente, también seguramente obligado a actuar con justicia y sensibilidad por la explosión de críticas más que justificadas en la redes sociales.

De dónde vino la sugerencia es lo de menos, lo importante es haber rectificado a tiempo, “Es de humanos equivocarse, pero es de valientes rectificar”.

Hasta ahí todo bien, excepto que Alfredo Castillo no mencionó cantidades en los estímulos que se entregarían por medalla de Oro, Plata o Bronce y hasta por actuación destacada, aún si no se alcanzara algún podium.

Todo esto sin menoscabo de las muy merecidas becas que hoy el Sistema Deportivo Nacional les entrega.

Veintidos millones de pesos…

Fue la cantidad recibida por nuestros atletas destacados en Guadalajara 2011, haciendo a un lado a los profesionales de futbol para no perjudicar a nuestro poco remunerado alto rendimiento.

Visto con objetividad, en los Juegos de Toronto no alcanzaríamos el número de medallas que en Guadalajara en donde fuimos sede, así que la bolsa será menor.

El Director de CONADE se comprometió a buscar ese presupuesto que no es dádiva, es un premio más que merecido.

¿Y los premios?

Diplomas fueron y vinieron, discursos, reconocimientos pero, sin duda, nuestros atletas esperaban también sus merecidas recompensas que no llegaron.

Alfredo Castillo no se los dijo, fueron mis colegas reporteros quienes se trajeron esta respuesta del director de CONADE a pregunta concreta: “En cuestiones administrativas ya se tiene todo detallado, ya se pidieron los recursos a la SEP para que los mande a la Secretaría de Hacienda, estamos afinando unos aspectos mínimos. 

“La verdad es que el tema de hoy no era tanto ese tipo de situaciones administrativas, el Presidente no habló de numerología ni yo, nos quisimos abocar a que sintieran la cercanía del Presidente“.

Algún colega necio volvió al tema al preguntarle ahora por el monto de esos premios.

“Ese tema lo daremos a conocer en su momento, ahorita yo me quedo con las palabras del señor Presidente”, dijo Alfredo Castillo.

O sea fue como ir a la cena de Navidad para que te den una caja con todo y moño pero vacía… Así de fácil.