El cártel del sexenio

Rodrigo Villegas Rodrigo Villegas Publicado el
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Desde la época de gloria del contrabando durante la era de la prohibición en Estados Unidos, hasta la fecha en México siempre ha existido una organización criminal que domina cada sexenio político. Juan Nepomuceno, Juan García Abrego, Amado Carrillo Fuentes, Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca, Amado Carrillo Fuentes y el más célebre de todos, Joaquín “El Chapo” Guzmán, han vivido su momento de gloria durante un gobierno u otro.

No significa – al menos no necesariamente- que sea la favorita o escogida por el gobierno federal para tomar control territorial. Tampoco significa que hayan sido las únicas organizaciones que operan en el país.

Lo que sí significa, es que, por una razón o por otra ciertas bandas se han fortalecido, coincidentemente, durante determinadas administraciones.

El Chapo Guzmán, dominó de sol a sol, las administraciones panistas. Pero con el regreso del PRI a Los Pinos, todo eso cambió. Guzmán Loera fue detenido a inicios de la administración del presidente Peña Nieto y la pregunta en el aire era, de que organización sería este sexenio. Los cárteles que le habrían disputado el contra a la hoy disminuida Federación de Sinaloa, estaban debilitadas por los últimos embates del gobierno calderonista.

Los Zetas, el Cártel del Golfo, la Familia Michoacana, Tijuana, Juárez y los hermanos Beltrán Leyva se recuperaban y no tenían la fuerza para tomar el control.

Sin embargo, a fuego lento se fue fraguando y estructurando una organización, durante el sexenio de Calderón, que para 2011-2012, Interpol y el gobierno de Estados Unidos, lo advirtieron; la mayor amenaza se encontraba en el oeste del país. Hoy está por todo el país.

Este periódico lo anticipó. Las señales estuvieron ahí desde el principio. De Guerrero hasta Sinaloa, pero con especial arraigo en Nayarit y Jalisco, una organización sofisticada había debutado. Lo hizo, con la fusión de distintos personajes y consecuencias, como la derivada del cártel del Milenio y los Valencia. Su primer acto, fue la escena que dejó al mundo entero perplejo, el abandono de 85 cadáveres en plena vialidad principal de Veracruz. Entonces se les conoció como los Matazetas, una escisión de la organización que hoy tiene al país en jaque, que se fortaleció y que contribuyó a que este sexenio sea aún más sangriento que el pasado; el Cártel de Jalisco Nueva Generación.

Su líder, Nemesio Oseguera Cervantes alias “El Mencho”, es un objetivo prioritario de la DEA y del FBI. Sí, también de México. Pero por mucho, que sólo resten 8 de los 122 “objetivos prioritarios”, este, el más buscado sigue prófugo y mientras tanto todavía con siete meses de gobierno, Peña Nieto acumula oficialmente unos 105 mil homicidios y decenas de miles de desaparecidos.

Por si no fuera poco, y de cara a una elección histórica, la violencia y el crimen organizado ya han asaltado las urnas. El supuesto intento de asesinato del ex fiscal de Jalisco, Luis Carlos Nájera, sólo le pone más sabor al asunto. Y aunque resulta curioso el recuento de los hechos-avistar a los atacantes dentro del establecimiento y que estos hayan esperado hasta que saliera el funcionario, donde ya estaría protegido, para actuar y no haberlo echo antes va contra toda lógica de un intento de homicidio- la realidad es que el mensaje bien podría ser claro.

Unos encabezados nacionales con la foto de “El Mencho” esposado, no le sería inconveniente ni para el gobierno federal y mucho menos para la campaña de Meade. ¿Apoco el gobierno federal le entregaría al capo estrella del sexenio a un López Obrador o a Donald Trump? No lo creo. Pero, abatirlo, sería aún peor y derramaría más sangre. ¿Entonces qué queda? ¿La amnistía de AMLO? ¿O será que la nueva norma del narco en el siglo XXI, es imponerse dos sexenios en lugar de uno? Al tiempo.

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