No se trata de un conflicto bélico mundial o de la guerra en Irak. Se trata de África, y el retrato de sus niños en guerra, no vende.
Agu es un pequeño de 10 años. Perdió a su familia uno a uno tras la llegada de la guerra a su pueblo. Los habitantes estaban escondidos, sin embargo, fueron encontrados y masacrados hasta que no quedará nadie en aquel lugar.
De un pastizal a otro dentro de la selva, los peligros más grandes dejaron de ser los animales, ahora, los humanos eran el terror ya.
Mientras Agu esperaba dentro del verde de gran profundidad el día que la guerra terminara, fue hallado por el batallón opositor, quien lo hizo prisionero y lo enlistó a sus filas para matar.
“Te salve la vida”, le recordaban cuando se llenaba de sangre por haber matado.
Intentando entender, pronto se vio asesinando, había comprendido que era su vida o la de alguien que no conocía. No quería morir. Tenía la esperanza de encontrar con vida a su madre.
Desesperado, se separó del batallón con otros jóvenes que habían perdido la esperanza. Sabía que el día que lo encontrarán moriría pero quería dejar de sentir la muerte entre sus manos.
“Beast of No Nation”, del director estadounidense Cary Joji Fukunaga es un retrato frío donde los niños son utilizados para terminar la guerra, que los hombres comenzaron, orillando a algunos, a un miedo psicológico que los hace desertar.
Al igual que ‘Bajo la arena’, un filme donde los niños alemanes son obligados a desenterrar las minas que el ejercito nazi colocó en las costas de Dinamarca, los niños africanos son obligados a participar en una guerra que no tiene final.
Si quieres conocer la historia de Agu y la de muchos niños africanos, no dejes de buscar “Beast of No Nation” en plataformas digitales y ¡sin filas!
