Ciudadanos de primera y de segunda tenemos en este país, contrario a lo que dice nuestra Constitución.
Prueba de ello lo veremos a continuación: en Cancún, al visitar la zona turística, o como le llaman allá la “hotelera”, uno ve más limpio que otros lados, muy bien diseñado, pintado y la gente en su mayoría muy servicial y queriendo atender al turista, comprendiendo que éste aporta para la economía y por ende a sus trabajos.
Pero esto se acaba cuando uno cruza “la línea” y hasta se puede dividir en dos: la primera cuando se pasa al sector turístico más comercial, en donde la vitapista cambia de materiales y su alrededor también. Pero lo triste se ve cuando uno va en el mismo camión y cruza al centro, de donde viene la mayoría de quienes trabajan y atienden en la zona hotelera y ese paraíso amable y bonito del que hablé en momentos anteriores desaparece.
Sorprende ver que la limpieza cambia, las caras y los servicios también.
Los camiones ya no son los mismos que se ven la zona hotelera. Eso sí, manejan igual de rápido y el usuario se juega la vida en el transporte. La autoridad está ausente.
Pero regresemos al tema, no es posible que toda la gente que ve ese cambio, esté tan acostumbrada al mismo y peor aún, lo acepte: da por hecho que se pueden tener servicios de primera y de segunda.
Y en ese mismo tenor, es lo que un grupo de senadores de la República quieren hacer con los derechos de los ciudadanos. Están por presentar una iniciativa para “regular” las candidaturas independientes con las siguientes limitantes:
1. Para ser candidato y registrarte, los que apoyan deben acompañarlo al IFE para mostrar su respaldo;
2. El que desee ser candidat@ debe tener reunido el 80 por ciento del dinero privado antes de empezar la campaña. De no ser así no podrá registrarse.
¡A caray!… Ahora sí que se crean por ley ciudadanos de primera y de segunda, dejando que sea el dinero el que manda. Olvidan la equidad, la igualdad y la democracia, pero sobre todo pisotean los derechos que otorga la Constitución.
Pero eso no sólo pasa en el Senado, sino se acaba de ver en un evento público para recaudar dinero para apoyar el programa de UN SÓLO SAN PEDRO.
El evento se llevó a cabo en el lugar más exclusivo del Municipio y no se vio la más mínima intención de integrar AL OTRO SAN PEDRO.
La integración se podrá dar cuando los tratos se den de forma equitativa, es decir, cuando a los festejos y apertura de los eventos se tenga gente de todos los sectores del municipio, y que sirvan platillos de lo mismo en uno que en otro lugar, con la sencillez y el buen gusto que puede ofrecerse siempre, sin malgastar el dinero público.
Olvidan los servidores públicos que al final del día estos eventos y ellos son pagados con los impuestos del ciudadano y que por lo mismo deben utilizarse sin distinción para ciudadanos de primera y de segunda.