Estamos de frente a un fin de semana poco común, y no estoy hablando de Fórmula Uno, en donde ya tenemos campeón del mundo, Sebastián Vettel.
La Fórmula Uno cambia absolutamente, los motores turbo cargado regresan y toda la inversión de las escuderías no se ha dado en el desarrollo de la temporada sino hasta el próximo año.
“Checo” Pérez y Esteban Gutiérrez con la misma obligación de superar a sus compañeros.
Tampoco hablamos de la NFL en donde finalmente ya comienzan a perfilarse los equipos que pueden buscar los playoffs.
O de la Serie Mundial en donde finalmente ya tenemos al campeón, los Medias Rojas de Boston, que con méritos más que suficientes, honraron su prestigio y su leyenda, se quitaron muchos sueldotes incluidos el de Adrián González nuestro compatriota exitoso ahora con los Dodgers, y que decidieron regresar a las bases, a los fundamentos. Por eso las barbas crecidas desde el mes de marzo como protesta ante ellos mismos por haber sido último lugar la temporada pasada y hoy son los campeones. Pero este es un fin de semana raro porque a final de cuentas tendremos…
El peor de todos los Clásicos
Chivas-Pumas se enfrentan en la cancha del estadio Omnilife en la penúltima jornada del torneo.
Si lo hubiéramos pensado al principio de la temporada “aquí se va a definir mucho, se van a jugar la calificación, van a salir con el cuchillo entre los dientes, el estadio será insuficiente”, pues realmente no habrá nada de eso.
Chivas y Pumas han traicionado su identidad, han traicionado lo que significa jugar para Chivas y para Pumas, en este momento son los dos peores equipos del torneo, salvo que tienen abajo el paracaídas de todos que es tristísimamente mi Atlante, pero esto es otro tema.
El estadio Omnilife será testigo seguramente de un vacío más que de un lleno, si tuvieron la oportunidad de ver el partido del miércoles donde Chivas pierde, como todos suponíamos, ante Santos, lo peor que le pudo ocurrir a Chivas es el momento que vive ahora.
La gente va a su estadio y sabe que Chivas va a perder, por ahí si sacan un empate le aseguro que salen en hombros, arrancar un partido ante Santos el segundo de la tabla general, que viene jugando extraordinariamente, con menos del 10% de asistencia es terrible, al primer gol del Santos se ven en el fondo una gran cantidad de banderas de Guadalajara, es decir, gente que a lo mejor fue hasta de acarreados.
Jorge Vergara festeja los 11 años
¿Pero qué festejan Jorge y Angélica? 11 años de la posesión de la joya de la corona del futbol mexicano, las Chivas.
¿Títulos?, ¿el estadio Omnilife?, ¿qué tienen para festejar?
Decía Angélica Fuentes que Jorge Vergara vino a cambiarle la cara al futbol mexicano. No sean tan ambiciosos ni tan soberbios en el momento que están padeciendo. Chivas es hoy un fracaso, pero no de ayer y antes de ayer, la gestión de Vergara se sostiene solamente porque le está metiendo mucho dinero, al fin y al cabo es su dinero, pero también son las emociones y los sentimientos de millones que hoy sienten traicionada esa parte.
Chivas se ha vuelto un equipo menos que mediocre, con refuerzos mediocres, aquel cuento de no nos venden los refuerzos porque nos los ponen más caro.
Ni modo, es el Guadalajara y hay que comprarlos. ¿No tienes?, hazte a un lado.
Nada tiene que festejar Chivas.
Pero Pumas tampoco
El equipo de la Universidad está deshonrando su tradición, su leyenda, su prestigio, su formación.
La administración que preside Jorge Borja entregó al vicepresidente deportivo, en su momento Alberto García Aspa, un proyecto, y el fracaso fue absoluto.
Pumas ha ido de fracaso en fracaso. Hoy esos jugadores que portan la camiseta auriazul ya acabaron de estar. Desde los canteranos, la generación de los “Pikolines”, hasta los llamados refuerzos.
Trajeron a Robin… mejor hubieran traído a Batman. Y si viene al futbol mexicano, tarda en acoplarse.
Le recuerdo que Pablo Velázquez del Toluca no necesito tiempo y hoy es el goleador.
¿Y qué dicen de Bravo, de Nahuelpan?, quizá se salva Darío Verón pero habría que ver jugador por jugador en un equipo que tampoco invierte mucho.
Así las cosas pues, el peor de todos los clásicos que recuerde en la combinación que usted me ponga, Chivas-Pumas siempre fue de suyo uno de los partidos más emocionantes del futbol mexicano.
Hoy es un partido que tristemente ni siquiera va a llegar a mediocre.
Cero emociones, cero interés, cero expectativa, 22 jugadores arrastrando los pies cobrando las quincenas y deshonrando las camisetas que portan…
Así de fácil.