Amsterdam versus Monterrey
Si piensa que voy a hacer un análisis comparativo entre ambas ciudades está equivocado. Aceptaré que no tienen comparación excepto por una cosa. Que allá no se ha comprobado que los habitantes sean extraterrestres y aquí tampoco. Hasta donde conocemos todo indica que también tenemos las mismas características físicas, neuronales o químicas.
Indira KempisSi piensa que voy a hacer un análisis comparativo entre ambas ciudades está equivocado. Aceptaré que no tienen comparación excepto por una cosa. Que allá no se ha comprobado que los habitantes sean extraterrestres y aquí tampoco. Hasta donde conocemos todo indica que también tenemos las mismas características físicas, neuronales o químicas.
Es en serio. No lo estoy escribiendo en broma. Esto es para que nos demos cuenta que por muchas diferencias que tengamos en antigüedad, costumbres o comida, seguimos siendo seres humanos con las mismas necesidades básicas. Por lo mismo, es necesario que sobre esta base de lo “absurdo” entendamos que necesitamos establecer un mínimo común acuerdo en las agendas locales sobre el mundo globalizado al que nos enfrentamos.
Por eso, cuando algunos nos referimos a ejemplos como los europeos, los latinoamericanos o los chinos, no es -al menos no en mi caso- con el afán de soñar a merced de falsas esperanzas.
Porque no importando educación ni clase social ni estatus ni ingresos, la mayoría de la población en México se resiste a pensar que puede aspirar a una mejor calidad de vida urbana.
Claro y evidentemente aquí no es Amsterdam ni París ni Dublín, mucho menos Estocolmo o alguna ciudad de países nórdicos de avanzada, pero es nuestra ciudad y son los referentes los que nos pueden dar claridad sobre lo que sí se está haciendo para el futuro de las ciudades.
Hace unas semanas invitamos a Janette Sadik-Khan, una experta en urbanismo de Estados Unidos, muchos salieron de su conferencia convencidos de que en ese mundo sin fronteras que económicamente y tecnológicamente ya construimos tiene un futuro común.
Los problemas de ahí se repiten en otros o si son diferentes, esa diferencia depende en más de circunstancias locales, pero en la raíz no deja de ser similar…
Un mundo que cambia a celeridad, problemas públicos por todos lados, autoridades indolentes, habitantes pasivos ante tales dolorosas realidades.
No, si hablar de los casos urbanos exitosos de Colombia, Irlanda o Alemania tampoco es de “otro planeta”, también se enfrentaron a dificultades aún teniendo menos corrupción o desigualdad o más avances tecnológicos o madurez democrática.
“Roma no se hizo en un día” y tal parece que estamos obviando eso. Estos tiempos de crisis global y emergencias diarias en los asuntos urbanos u otros, ameritan el sobre esfuerzo de los habitantes de los países. México con sus ciudades no es la excepción menor.
En lugar de estar pensando que “allá” es uno lejano en donde sólo los “paraísos” existen, por qué no mejor pensamos en cómo aprender para agudizar las experiencias.
No repetir, no replicar, no “tropicalizar” porque eso es prácticamente imposible (para eso también sirve pisar la realidad del “aquí no es…”), pero sí romper las fronteras imaginarias del cómo nos acostumbramos a vivir y cambiar el rumbo de las cosas.
La ONU-Hábitat hoy plantea a 60 años de sus reuniones de Hábitat una Nueva Agenda Urbana que reúne muchas de las inquietudes que actualmente ya no pertenecen a un sólo país, sino son retos de todos.
Asumamos esa doble responsabilidad porque aquí es Monterrey, México y en lugar de “flagelarnos” por eso tendríamos que estar trabajando en la transformación de nuestra urbe.