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¡A competir y ganar!

Asistí una vez más en Nueva York a una plática de un funcionario público mexicano que tenía por objetivo llevar inversiones a México y una vez más escuché a algunos inversionistas extranjeros comentar que su discurso era débil, que no mostraba por qué México representaba una mejor alternativa que otros países. 

Asistí una vez más en Nueva York a una plática de un funcionario público mexicano que tenía por objetivo llevar inversiones a México y una vez más escuché a algunos inversionistas extranjeros comentar que su discurso era débil, que no mostraba por qué México representaba una mejor alternativa que otros países. 

Por el contrario, gobernantes de otras naciones presentan sus ideas y sí le comunican a su público, de forma respetuosa y explícita, por qué sus países pueden ser mejor destino que México en términos de oportunidades de negocio. ¿A qué se deberá esto? ¿A los mexicanos nos da miedo competir? ¿Sabemos competir?

Me parece que a la mayoría de los mexicanos no nos gusta o no sabemos competir. En las escuelas basta con acertar cierto número de respuestas en un examen para sacar una calificación aprobatoria, y las grandes empresas y el gobierno, cuando se llegan a comparar con alguien, lo hacen generalmente con América Latina, en lugar de escoger a países líderes como Estados Unidos, Alemania, Japón o China para su análisis o publicidad. 

Con los avances tecnológicos y con la presión corporativa por generar utilidades, los procesos de producción y prestación de servicios se van a hacer más eficientes, pero traerán mayor desempleo a nivel mundial y se trasladarán a aquellos lugares en donde esté la gente más calificada. 

Asimismo, la entrada de China e India a la escena mundial trae consigo millones de personas con hambre de progreso. En los semáforos de las calles de Mumbai, a diferencia de la Ciudad de México, no se venden máscaras de políticos o lámparas de minero sino libros de economía y finanzas. 

Competir es el nuevo estilo de vida que habría que inculcarles a nuestros niños y jóvenes, que nuestras escuelas deberían fomentar y nuestros líderes practicar. En los Estados Unidos las escuelas utilizan el sistema de “evaluación de campana” en el cual no basta con responder de forma correcta cierto número de preguntas para obtener una nota, sino que es el lugar relativo a los compañeros en un examen el cual determina la calificación. 

De igual modo, en ese país existe una cultura de competencia “intra-escuela” e “inter-escuela” en donde niños y jóvenes se enfrentan constantemente en campeonatos de matemáticas, música, historia y deportes contra compañeros de su misma escuela y otras más. 

Claro que estos niños y jóvenes viven a veces bajo mucha presión, pero también es cierto que generalmente están listos para competir cuando llegan a ser adultos. 

Por otra parte, en países como Singapur o Canadá, los empresarios, ejecutivos y gobernantes buscan compararse únicamente con empresas y países líderes. No les importa ni les da pena si hay mucha o poca diferencia en el tema analizado debido a que saben que discrepancias existentes marcarán precisamente la oportunidad que tienen por mejorar. 

¿Por qué no adoptamos algunas de estas prácticas en México? El mundo evoluciona todos los días y en México debemos estar listos para competir y enfrentar nuevos retos y oportunidades.

Óscar Santaella 

Es operador de valores para Banorte en Nueva York. Entre sus logros, estructuró la compra de Dresdner Bank por parte de Allianz. 

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