Veo por todos lados en las televisoras, cuyas señales llegan a Centroamérica y concretamente a Honduras, mensajes de buena voluntad, seguramente con la intención de suavizar lo que pueda ocurrir dentro del estadio o con el público que asistirá al partido Honduras-México de este fin de semana.
Pero una cosa es tratar de enviar estos mensajes y otra cosa es desinformar.
Escuchaba hace unos días atentamente algunos de los comentarios que se hacía en radio, en donde también quienes los hacen, me consta que nunca han estado en un partido Honduras-México en San Pedro Sula, y para quienes en las mesas de comentaristas que se realizan en Fox Sports, ESPN, Televisa Deportes y hasta en TV Azteca tratan de comentar qué es lo que ocurre, también hay varios de estos compañeros comentaristas que nunca han estado en un Honduras-México o en Centroamérica cuando jugamos contra El Salvador, Costa Rica, e incluso Panamá.
La realidad es muy diferente
A la que ellos marcan, veía el lunes por la tarde en un programa de Fox Sports tocar este tema, la verdad con mucho desconocimiento, seguramente porque quienes estaban ahí nunca han ido.
Aunque mi buen amigo Raúl Orvañanos ha estado varias ocasiones en estos partidos, me consta, ha ido a los fogonazos, aunque en los últimos tiempos no lo ha hecho por cuestión de su trabajo precisamente en este muy prestigiado y con mucho auditorio canal deportivo.
Quienes hemos acudido a los últimos partidos de Honduras-México en San Pedro Sula, en el cuadrangular anterior y el Hexagonal pasado, la realidad es que la afición hondureña se nos presenta…
Con el cuchillo entre los dientes
¿Esto qué quiere decir?, hay agresiones verbales y en ocasiones hasta físicas, no solamente a la hora del partido sino previo al juego, desde el aeropuerto hasta el hotel donde nos alojemos y estoy hablando con conocimiento de causa. Le pongo un ejemplo: la última vez que nos enfrentamos en el Hexagonal Final contra Honduras ahí en San Pedro Sula, el ingeniero Víctor Mahbub, mi buen amigo, entonces presidente de Pumas, viajó junto a un grupo de directivos y un día nos fuimos a cenar fuera de la delegación, porque la delegación es solo de directivos, los periodistas rara vez convivimos con ellos en cenas o comidas protocolarias. Cuando regresábamos de cenar el taxi tuvo que dejarnos unas 10 o 12 cuadras de distancia del hotel porque la gente se había arremolinado en la avenida afuera del hotel Intercontinental, que es un hotel de cinco estrellas, y no dejaban pasar a nadie, afortunadamente logramos entrar por el estacionamiento y nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones y más adelante durante el partido…
Me llevaron preso
Así literalmente, estaba en lo que se supone es el palco de prensa de un estadio de verdad precario, mucho más allá de austero, descuidado, no entiendo como la FIFA y la Concacaf a nosotros en el Estadio Azteca se preocupan hasta porque no esté raspada una banca, en el estadio de Honduras la famosa zona de prensa es un mecate, un cable que divide las dos últimas filas de la zona del estadio donde arriba de nosotros se encuentran las cabinas de transmisión. En aquella ocasión había tanta gente en esa zona, yo me encontraba en el último asiento y a un lado está el pasillo por donde se supone la gente tendría que bajar a sus bancas, estoy hablando del último partido que jugamos ahí, se había invadido la zona de la escaleras y los que estaban delante de mi no me dejaban ver porque están de pie. Me puse también de pie y me recargué en la barda que estaba detrás de mi, y digamos que a la altura de mis hombros, terminaba esa barda y ahí estaba el escritorio de quienes estaban haciendo la transmisión local en Honduras. De pronto y sin esperarlo recibí un zape, volteó y resulta que me lo da quien estaba haciendo la transmisión por radio y con estas palabras: “agáchate pendejo” y en el calor del partido porque ya íbamos perdiendo volteo y le digo estas palabras: “ Que se agache tu chingada madre” perdón por mi francés pero es lo que ocurrió, el comentarista entonces se olvidó del partido y comenzó a decirle a la gente lo que ocurría, ellos acostumbran escuchar la radio durante el partido, a tal grado que mucha gente volteó a verme y comenzó a aventarme cosas, hielos, piedras y había un tipo que estaba a mi lado que sacó una de estas cornetas “vuvuzelas” y me echó un cornetazo en el oído, me voltee y estuve a punto de romperle los dientes con dicha corneta, hasta que se armó ahí un remolino, porque el tipo seguía incitando a la gente para que me golpearan. Tuvo que venir un policía local cuando se dio cuenta de esto y el único compañero que sacó la cara junto conmigo fue Edgar Valero, de Grupo Radio Fórmula, a quien le envío un abrazo. Pero el de la bronca era yo, vino el policía me tomó del brazo y me dijo: “lo voy a llevar preso para salvarlo de la golpiza que le van a propinar”.
No es un hecho aislado
En el Hexagonal anterior cuando nos ganaron con Sven-Goran Eriksson al frente, las agresiones eran similares, insisto, cuando los periodistas extranjeros vienen al estadio Azteca exigen Internet, que obviamente ahí pedir Internet era de risa, exigen una zona aislada, un mecatito no hace esa zona, exigen comodidad para entrar y para salir, no somos exquisitos pero sí necesitamos cierta seguridad. Yo llevaba mi mochila como siempre lo hago, con mi computadora, mi cámara, los cuadernos, los apuntes, en fin, y por supuesto ya no digo un escritorio, una tabla o sobre las rodillas, porque los asientos son de verdad incomodísimos y con un fierro que de tal manera se entierran los tornillos. Esto lo soportamos, lo entendemos, tampoco estamos exigiendo que nos lleven a la Arena Allianz de Munich, pero sí seguridad, que no existe ahí. Entonces para todos aquellos que están desinformando los invito a que asistan a Honduras y se den cuenta de esto…
Lo de Faitelson
A mi buen amigo David Faitelson se le ocurrió previo a estos partidos hacer unos comentarios ligeros a través de la cadena ESPN, que también tiene mucha presencia en Centroamérica, menospreciando, minimizando no solo al futbol de Honduras, sino al propio pueblo, que así se sintió agredido. Yo no escuché aquellos comentarios, finalmente los hizo Faitelson y él se tiene que responsabilizar, pero al momento que llegué al aeropuerto, y esto fue en San Salvador, la gente me empezó a agredir porque era mexicano, otros me cuestionaban que dónde estaba Faitelson, que dónde los estábamos escondiendo, como si yo lo tuviera que esconder, pero para mi lo peor ocurrió cuando David Leah, fotógrafo de la agencia Mexsport y yo, quisimos entrar al estadio con nuestras acreditaciones y simplemente no había forma de entrar, porque el estadio tenía un sobre cupo y conste que traíamos acreditación. Tuvimos que meternos a la mala y sobornando a un policía, que después nos bajó a la cancha, que no era mi lugar, me tuve que subir después a la tribuna como pude a través del vestidor del equipo mexicano y llegué a mi lugar, aunque me hubiera encantado ver el partido en la cancha. Al salir del estadio llevaba mi tripié precisamente para hacer mi grabación que compartiría con Reporte Indigo, salgo con mi mochila y en el momento que iba caminando hacia afuera del estadio alguien grita: “Miren ese es el cabrón de Faitelson” y me empezaron a aventar hielos y me descalabraron. Afortunadamente traía la mochila y el tripié porque empecé a blandir mi tripié como si fuera espada, y lo que me salvó fue que había quedado con el taxista que me llevó al estadio que me esperara en una esquina ahí junto a un “Seven Eleven”.
¡Que lo vivan!
Por lo tanto no estoy de acuerdo con esa mesa de trabajo que escuché en la televisión, o con comentarios que oigo en la radio o el mensaje que veo también en los noticieros de Televisa, que sí llegan a esta zona y que se ve mucho, señalando que esto es sólo un partido de futbol, que hay que ser amables. Los recibimos con los brazos abiertos, la verdad, la historia me dice por experiencia, porque lo he vivido y lo voy a vivir a partir del miércoles, que las cosas son diferentes, los hondureños nos esperan cuando menos para el futbol con el cuchillo entre los dientes y los reportajes que he visto por supuesto son fuera del contexto del futbol, del partido eliminatorio y fuera del contexto del estadio, un punto que a mi me llama la atención es que estos reportajes que se hace como de “que buena onda” pues finalmente…
No son la realidad
La realidad de lo que yo les platico porque es lo que mi experiencia me dice. Así las cosas pues, habrá que ir a Honduras sí, con el cuchillo entre los dientes y el que diga que es solo un partido de futbol miente con todos los dientes. Es un partido eliminatorio que genera emoción, sentimientos, rencores, frustraciones, complejos, eso es el futbol, es el reflejo de la vida y eso es lo que vivimos en Centroamérica y conste, lo voy a ratificar o rectificar de lo que ocurriría ahorita, pero en las dos últimas visitas que hice a Honduras y que acabo de dar los elementos puntuales y a quienes les he mencionado son testigos porque lo vivieron y lo sufrieron conmigo, ¡Que gane México! Que eso es lo que importa… Así de fácil.