Con los niños NO…
La fórmula es simple. Al estar realizando más de nuestras actividades mediante internet, estamos más tiempo expuestos a que los cibercriminales hagan de las suyas. Desde que arrancó el confinamiento social este tipo de noticias y análisis aumentaron hablando de fraudes, así como robos y secuestros de información. Sin embargo, el lunes pasado para mi […]
Luis GyGLa fórmula es simple. Al estar realizando más de nuestras actividades mediante internet, estamos más tiempo expuestos a que los cibercriminales hagan de las suyas.
Desde que arrancó el confinamiento social este tipo de noticias y análisis aumentaron hablando de fraudes, así como robos y secuestros de información. Sin embargo, el lunes pasado para mi el foco rojo se tornó morado al conocer que los casos de grooming habían también aumentado en diferentes países.
Grooming se refiere al acoso y abuso sexual de niños, niñas y adolescentes por medios cibernéticos. De acuerdo a la firma ESET, por ejemplo, en Argentina las denuncias por casos de grooming aumentaron en un 30%, mientras que en España la Guardia Civil detectó un crecimiento del 507% en el tráfico de videos pedófilos. En México, no contamos con datos precisos al respecto, pero es indudable que están presentes.
¿En qué consiste esto del grooming? ¿qué efecto puede tener en nuestros hijos?
Más allá de utilizar complejas tecnologías para robar información, el cibercriminal hace uso de ingeniería social para manipular psicológicamente a los más pequeños.
Así, el modus operandi puede consistir en que el criminal se muestre empático con el menor, escuchando sus problemas, haciendo regalos o incluso fingido ser un niño de su edad. Todo esto a través de plataformas públicas de comunicación en redes sociales, aplicaciones o videojuegos.
Poco a poco, el criminal trata de aumentar el tono de la conversación pidiendo al menor que envíe fotos explícitas, haciendo ver esto como un juego. Pre-confinamiento esto podría llegar a encuentros físicos para la grabación de imágenes pornográficas llegando incluso al abuso sexual.
Si hablamos en términos digitales, pueden generarse chantajes en los que el criminal pide más fotos y videos del menor, o de lo contrario estas serán enviadas a sus amigos o familiares. El pequeño se encuentra en un callejón sin salida.
Si bien se habla de miles de cuentas falsas que son usadas por pedófilos para estos fines, los daños psicológicos a niñas, niños y adolescentes son incuantificables debido a la manipulación que puede ejercer un adulto sobre ellos.
¿Qué hacer?
Lo primero es ser honestos y hablar con los pequeños de los riesgos. Haz analogías con el mundo físico, explicando que si en la calle no hablamos con extraños tampoco debemos hacerlo en internet.
Asimismo, es importante dialogar y hacer preguntas. Por ejemplo: ¿Qué redes sociales, videojuegos o apps estás usando? ¿Qué te divierte de ellos o por qué las usas? ¿Cuántos contactos tienes? ¿Quiénes son tus amigos en línea? Los conoces en la vida real? ¿Alguien te está molestando ahí?
RECUERDA: si tienes hijos, eres papá del 2020 y en este año tenemos que adquirir nuevas habilidades. Conocer las plataformas digitales y su uso, sólo son algunas de ellas.