El milagro de la semana pasada, cuando el líder nacional del PAN Gustavo Madero reunió a la extinta Santísima Trinidad panista, podría quedar en una acción con buenas intenciones.
El reencuentro entre el senador Raúl Gracia, Zeferino Salgado y el exalcalde Fernando Larrazabal, alguna vez grandes aliados y hoy confrontados entre sí, se llevó a cabo en el Hotel Four Seasons de la Ciudad de México.
Madero citó a Gracia, Zeferino y Larrazabal con la intención de que dejaran a un lado sus rencores y su sed de venganza y se sumen al proyecto panista 2015, que el líder pretende impulsar en Nuevo León si se reelige como presidente nacional del PAN.
Contrario a lo que uno habría apostado, la insólita reunión no terminó en un zafarrancho, sino con un apretón de manos e intercambio de sonrisas entre los fundadores de la alguna vez conocida Neocúpula.
En la encerrona también participó la alcaldesa Margarita Arellanes, el edil Víctor Pérez, y los líderes de la División del Norte, José Serrano e Iván Garza.
Estuvo también presente el diputado federal Víctor Fuentes, representando los intereses del Grupo San Nicolás, que comanda Zeferino Salgado.
Y el diputado federal Jorge Villalobos, asesor de Madero, quien parece que sigue obsesionado con Nuevo León.
Desde la reunión del jueves pasado todos estos liderazgos conformaron en el PAN oficialmente la mesa política donde se negociarán posiciones y las candidaturas panistas del próximo proceso electoral.
Pero la verdad es que la cohesión que pretende Madero en el panismo de Nuevo León suena más bien a una buena intención del dirigente nacional que a un objetivo alcanzable.
No hay duda que esta nueva cúpula albiazul que se está conformando en el PAN de Nuevo León está condenada a la ruptura.
La duda no es si eso pasará o no, sino cuándo ocurrirá.
La moneda de cambio del PAN
El viernes pasado la dirigencia nacional del PAN utilizó otra vez Nuevo León para mandar un mensaje claro al presidente Enrique Peña Nieto: Sin reforma política y la figura de la reelección, no pasará la reforma energética.
Es decir, los albiazules condicionaron la aprobación de la propuesta insignia del gobierno peñanietista, a cambio de las modificaciones legislativas que les permitirían a los ediles reelegirse en sus cargos.
La advertencia se lanzó en San Pedro, durante la sesión del Comité Ejecutivo Nacional de la Asociación Nacional de Alcaldes (ANAC), un organismo que aglutina a los más de 500 munícipes panistas que tiene México.
En boca de su presidente, el edil poblano Eduardo Rivera Pérez, el mensaje está respaldado por los legisladores locales y federales panistas.
“El PAN ha sido muy claro, si quiere el gobierno de la República reforma energética, tiene que haber reforma política”, mencionó sin rodeos.
“Los alcaldes de Acción Nacional estamos diciendo: en la reforma política es indispensable -tenemos el apoyo del partido y legisladores- la reelección”.
La reunión que se celebró en un hotel de San Pedro, donde Ugo Ruiz acudió como anfitrión, se analizaron temas que iban desde el presupuesto federal que se discutirá en la Cámara de Diputados, hasta la defensa de la visión municipalista.
La ANAC también anunció que solicitará una bolsa de 10 mil millones de pesos para diferentes proyectos de infraestructura carretera, seguridad, cultura y espacios deportivos.
Esta bolsa inicial podría incrementarse si se apruebe la reforma hacendaria, así que el organismo informó que el próximo 20 de octubre estará presente en la Cámara de Diputados para presentar los proyectos de los gobiernos blanquiazules.
En pocas palabras, alcaldes panistas se juntaron en San Pedro y echaron montón contra la Federación