De oficio merenguero

Después de analizar las actuaciones de TONY ROMO con los Cowboys, superando a los Rams en San Luis, y del GRAN Peyton Manning con los Broncos perdiendo el tiempo extra en Seattle, no me queda sino recomendarle a Romo que compre lotería, y a Peyton que tome clases con el merenguero del zoológico de Chapultepec.

Los dos Romos

Volvieron a aparecer los fantasmas de la inconsistencia en el quarterback emblemático de los Dallas Cowboys, reflejo fiel de la montaña rusa en que se ha convertido esta otrora franquicia líder en la NFL.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Después de analizar las actuaciones de TONY ROMO con los Cowboys, superando a los Rams en San Luis, y del GRAN Peyton Manning con los Broncos perdiendo el tiempo extra en Seattle, no me queda sino recomendarle a Romo que compre lotería, y a Peyton que tome clases con el merenguero del zoológico de Chapultepec.

Los dos Romos

Volvieron a aparecer los fantasmas de la inconsistencia en el quarterback emblemático de los Dallas Cowboys, reflejo fiel de la montaña rusa en que se ha convertido esta otrora franquicia líder en la NFL.

La primera mitad fue mas allá del desastre, rallando en lo ridículo con un Tony Romo errático, titubeante, predecible.

La intercepción que ponía el marcador 21-0 para los RAMS fue ridícula, Tony ni siquiera hizo el intento de buscar a otros receptores fijando sus ojos desde el arranque de la jugada en su receptor abierto Dez Bryant, más que predecible, solo le faltó gritarle a la defensiva que el balón iba a esa zona central en su propia yarda 25.

Era tercera y ocho y el defensivo Janoris Jenkins solo estiró los brazos, corrió esa distancia y hubo anotación. Seguro apuntó el nombre de Romo para sus regalos de Navidad. 

Para fortuna de los Cowboys el corredor de poder De Marcus Murray se pone las pilas, no pide sino exige el balón que lleva en dos acarreos golpeadores a mover las cadenas hasta la yarda 31, Romo encuentra un trébol de la suerte en pasto artificial cuando una interferencia de pase los pone en la yarda uno para que sea el propio De Marcus el que ponga los primeros puntos del lado de Dallas.

Pero la suerte del trébol alcanzaba para más cuando viene un fumble del centro de San Luis, Dallas controla en la 47 , pequeño avance, gol de Campo, 21 diez y al descanso.

¡Tranquilos todos!

Para la segunda mitad aparece el “OTRO ROMO” , el talentoso, el que irradia seguridad, al que no le importan sus lesiones en espalda y costillas, el que se juega el físico en carreras cortas para asegurar el primero y diez; el de la puntería fina que levanta al equipo para voltear el juego a una victoria memorable, venir de un 0-21 para ganar 24-21 es algo grande, al final diría el buen Tony: “Tranquilos todos, hay que entender que los juegos son de 60 minutos y no te puedes rendir por un mal comienzo”.

Que diga lo que quiera pero ya es hora de que Tony comience a desquitar el contrato grosero de 100 millones de dólares que Jerry Jones, el difícil dueño de los Cowboys le otorgó en sus 15 minutos de euforia.

El gran Peyton

En contraparte, Manning aparece como el gran capitán y líder de los Broncos, que dan un partidazo memorable ante los Seattle Seahawks, el “reloaded” del SuperBowl pasado en el que cayeron humillados y aplastados 43-8 por la poderosa defensiva y brillante ofensiva de Seattle.

No era esta, ni por mucho, una oportunidad de venganza o revancha, para esto tendrían que verse las caras nuevamente en un Super Bowl aunque, bien visto, después de la exhibición del domingo que nadie se diga sorprendido si esto ocurre el próximo febrero en el próximo Super Bowl en Arizona.

Juegazo de ida y vuelta, bien jugado, mejor ejecutado, de un enorme talento estratégico solo comparable con una excelente partida de ajedrez .

Seattle se había ido arriba y parecía tener ganada la partida al interceptar a Peyton casi al final de partido, primera intercepción al MAESTRO MANNING en 193 pases.

Error de la fanaticada

La fanaticada de los Seahawks festejaba ruidosamente cuando con solo 58 segundos en el reloj un gol de campo los ponía ocho puntos arriba de Denver.

Enorme error en la jugada para ellos y los millones que se fueron con la finta en la tele. Cierto, 58 segundos pero del otro lado estaba el maestro Manning.

Pases como con teodolto, uno de 48 yardas a Emmanuel Sanders y otros dos más cortos, hasta que llega el touch down que los acerca a dos puntos, lo que obliga a jugarse la conversión de dos puntos extras.

Ahí Payton lanza para empatar el juego y vámonos a tiempo extra.

¡Busquen al merenguero!

Peyton no le atina y Seattle gana el volado escogiendo, naturalmente, recibir. El reglamento sigue siendo injusto, en el futbol colegial se les da posesión a cada equipo independientemente si se anota o no.

Aquí en la NFL si el que recibe anota touchdown se acaba todo, solo goles de campo permiten al rival saltar en busca de la victoria.

Por este reglamento desnivelado y  por la mala suerte del maestro Peyton al cantar el volado los Broncos, ya no pudieron meter ni las manos. El touchdown en tiempo extra le da la victoria a Seattle pero, no lo olviden, los Broncos y Manning tienen apartado el boleto a playoffs y ya llamaron a pedir precios de cuartos de hotel en Phoenix.

Posibilidades las tienen… ¡y por montón! Así de fácil.

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