Nuestra existencia en el planeta está en riesgo. Como en ningún otro tiempo, la emergencia climática nos está poniendo en jaque. Las emisiones de carbono incrementan con un récord nunca antes visto: 2.7 por ciento anual. Es decir, 37.1 gigatoneladas. Más allá de los números, se traduce en una población cada día más enferma. Los costos son incalculables porque la salud no tiene precio. Por eso mismo, es urgente tomar decisiones para descarbonizar al planeta.
Una de las alternativas es dejar de depender de combustibles fósiles para así reducir las emisiones de carbono. Pero, ¿qué son, cómo se producen y cuál es su capacidad? ¿Cuáles son los retos que enfrenta la industria? ¿Qué podemos hacer de las leyes para incrementar estas opciones tanto en producción como en consumo?
Está claro que existen tecnologías puestas en proyectos locales y globales que están ya haciendo no sólo algo por el medio ambiente, sino generando nuevas economías que también sostendrán al mundo que se está configurando desde hoy
Por tanto, es importante no quedarnos en el rezago e incentivar que esto sea algo más que una mera realidad para México.
Tomando en cuenta que vienen mayores cambios que son benéficos, tenemos que hacer que esas energías renovables sean los suficientemente grandes como para cubrir cada vez más necesidades energéticas.
A la vez, todo aquello que ya alimentan, sobre todo, por ejemplo, vehículos -desde última milla hasta el transporte de carga pasando por el transporte público- que son responsables de, prácticamente, el 40 por ciento de las emisiones en México.
No estamos hablando de fantasías, ni de castillos en el aire, ni de hilos inventados, sino de una realidad que existe y que necesitamos hacer crecer todavía más ante la crisis ambiental, pero también económica que diversifica cada día más las opciones para hacer negocios sin que esto esté peleado con el cuidado ambiental.
Todavía, quizá, necesitemos otra década más para que las energías renovables puedan competir con los combustibles fósiles. Sin embargo, si hacemos cuentas una década suena a mucho tiempo que, no obstante, es muy poco.
Tendríamos que anticiparnos en respuesta urgente. Pensemos nada más que los desastres provocados por el cambio climático en 2017 costaron a la economía mundial 320 mil millones de dólares y se perdieron alrededor de 10 mil vidas.
La Cumbre de Energía Nuevo León que organizamos en el Club Industrial A.C. fue una oportunidad para abrir el debate que nos permita reorientar nuestro futuro. Ahí también presentamos lo que podría ser la primera Ley de Electromovilidad para México. Estamos a tiempo de tomar el liderazgo global que nos corresponde. Talento tenemos, busquemos entonces los consensos para el salto que permita descarbonizar a México.