Desmemoriados

Sin la participación de los senadores del PRD, ayer se aprobaron los dictámenes de los proyectos de las leyes secundarias de la Reforma Energética.

Y es que los perredistas prefirieron abandonar la sesión porque el PRI y el PAN se habían puesto de acuerdo para construir una aplastante mayoría. 

Parece que a los perredistas ya se les olvidó que ellos hicieron exactamente lo mismo cuando en noviembre del año pasado se pusieron de acuerdo con el PRI para aprobar, por mayoría,  la reforma fiscal que quería no el PRI, sino el secretario de Hacienda, Luis Videgaray. 

Quieren subir la luz

Con la “novedad” de que los panistas insisten en que los mexicanos paguemos más por la energía eléctrica. 

Según ellos, el gobierno debe eliminar los “subsidios” a las tarifas que cobra la CFE, a pesar de que un kilowatt hora mexicano es un 86 por ciento más caro en México que en Estados Unidos.

Si le quitan los “subsidios” a las tarifas residenciales, un megawatt hora costaría unos 340 dólares, lo que colocaría a México como el segundo país más caro de los que integran la OCDE.  

Seguramente no se han preguntado: ¿por qué en Laredo si se pueden tener mejores costos para producir electricidad  y en Nuevo Laredo no? 

El nuevo muro mexicano

Con las medidas anunciadas ayer por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se espera que se reduzca substancialmente el número de niños migrantes que viajan solos para reunirse con sus familiares en Estados Unidos. 

Y es que para empezar, a los niños migrantes ya no se les permitirá subirse en los vagones de “La Bestia”. 

De aquí en adelante, si estos niños quieren reunirse con sus papás que están en Estados Unidos y no en Tabasco, tendrán que hacerlo por carretera o a pie, evadiendo a la “migra” mexicana.   

Sin embargo, según el padre Alejandro Solalinde, conocedor como pocos del problema, la nueva estrategia solamente va a trasladar al sureste mexicano la grave crisis humanitaria que se vive con los 52 mil niños detenidos en Estados Unidos. 

Y puede ser que Solalinde tenga mucha razón.

No por nada el Papa Francisco nos mandó con urgencia al cardenal Pietro Parolin para recordarnos aquello de  que “la discriminación, el racismo, el trato vejatorio, las injusticias laborales, no son un buen negocio”. 

Y que las sociedades en las que los emigrantes legales no son acogidos abiertamente, sino que son tratados como sujetos peligrosos o dañinos, demuestran ser muy débiles. 

El que tenga oídos para oír, que oiga.