Detrás de las montañas
En días pasados tuve la oportunidad de visitar el Estado de Morelos, donde fui testigo de una paradójica situación.
Por un lado el miedo es el protagonista principal de la sociedad morelense. Las recomendaciones de mantenerse en un toque de queda, se suman a la charla diaria sobre amigos y familiares secuestrados. Situación que no respetan códigos postales o niveles socioeconómicos.
Marcela Garza AguirreEn días pasados tuve la oportunidad de visitar el Estado de Morelos, donde fui testigo de una paradójica situación.
Por un lado el miedo es el protagonista principal de la sociedad morelense. Las recomendaciones de mantenerse en un toque de queda, se suman a la charla diaria sobre amigos y familiares secuestrados. Situación que no respetan códigos postales o niveles socioeconómicos.
Por otro lado, mientras viajaba de Monterrey -que se encontraba a una temperatura de 9 grados, gracias a la entrada anticipada de la onda fría número13 y aterrizaba en el cielo grisáceo de la Ciudad de México, un poco por el smog y otro poco por la lluvia- la llegada a Morelos cambió por completo el panorama. El sol brillante iluminaba los jardines y las flores de mil colores, un clima perfecto de 23 grados, confirmaba el dicho de la eterna primavera y el mejor clima de México.
Fuera del clima perfecto, todo lo demás no tenía sentido. Los 200 km. de carretera mostraron poblados desorganizados, tierras descuidadas, calles sin lógica urbanística y NADA SEMBRADO, repito, nada sembrado.
Recordaba aquellas fotos de la región de Fujian en China, donde todas sus montañas se encuentran sembradas con árboles de té. O la zona vitivinícola de Borgoña, donde todo lo que la vista permite ver está sembrado con viñas.
Tener tierra buena para el cultivo es un lujo que solo en México se desperdicia. Pensaba en el maíz, arroz y frijol transgénico que importamos, ¿cómo es posible que tengamos que recurrir a eso cuando tenemos las mejores tierras para cultivar?
Esta paradoja me llevó a formular una hipótesis, en la que me disculpo por que no tengo datos concretos más que la sola intuición y sentido común.
¿Por qué estados tan bendecidos por la madre naturaleza, como lo son Morelos, Michoacán y Guerreo son los estados mas violentos?
¿Será que alguien detrás de esas montañas y esos cañones, sí esté sembrando algo. Algo quizá como la Cannabis?
¿Será que Fox tenga información que nosotros no tenemos, para insistir tanto en la legalización de esta planta?
¿Será que la legalización de la Cannabis, lo que busca es desincentivar las altas ganancias para que otras siembras vuelva a adquirir la importancia agrícola que tenían?
Muy pocas cosas hacen sentido en este país. Pero la foto que quedó grabada en mi mente del estado de la eterna primavera, dejó en claro el resultado de malos gobiernos, una Revolución Mexicana que quedó inconclusa y una equivocada ley ejidal, que necesita desaparecer.
Esas tierras solo fueron productivas cuando las haciendas las trabajaron. Y de nuevo tendrán que pasar a manos empresariales para que lo vuelvan a ser. Por lo pronto, mientras el mexicano camina por una educación de oficio, elimina su dependencia al paternalismo público y se establece un sistema consecuencias económicas a quien posee un pedazo de tierra y no la trabaja.