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¿Deuda o no Deuda?… Esa es la pregunta

Me tocó acudir a una mesa de diálogo en una institución educativa de Nuevo León, en donde se puso el tema de la deuda federal sobre la mesa, también la de los estados y claro que hablamos de la que tiene la administración de Rodrigo Medina.

Fue interesante conocer los distintos puntos de vista de los presentes, entre los que hubo especialistas, exfuncionarios públicos, diputados y ciudadanos.

Me tocó acudir a una mesa de diálogo en una institución educativa de Nuevo León, en donde se puso el tema de la deuda federal sobre la mesa, también la de los estados y claro que hablamos de la que tiene la administración de Rodrigo Medina.

Fue interesante conocer los distintos puntos de vista de los presentes, entre los que hubo especialistas, exfuncionarios públicos, diputados y ciudadanos.

Por lo anterior, la discusión fue rica y lo mejor es que salieron algunas propuestas. Por lo que las comparto para que no se queden en la mesa de la reflexión y podamos hacer que se lleven a cabo en nuestra vida estatal.

Los datos duros muestran la alta dependencia de las transferencias federales a los estados y como sólo  2 por ciento es lo que recaudan las administraciones estatales, lo cual incentiva  más el endeudamiento. 

Sin embargo, al momento de cuestionar si es bueno o no endeudarse, la cosa se puso buena.  Unos, dijeron que es necesario endeudarse para poder crecer y desarrollar sus entidades.

Para otros, sí pero sólo si se es cauteloso y se le da atención en para qué se pide la deuda. No como hoy se ve en Nuevo León, donde el gasto en imagen y comunicación social es uno de los rubros de gasto más altos. 

Para el ciudadano común, la deuda no es muy buena cuando se hipoteca y se malgastan sus impuestos al mismo tiempo que se ven las calles llenas de baches, pasos a desnivel que en menos de dos años ya están dañados, y que pese a la inversión no se resolvió el problema vial, además de las bolsas repletas de dinero de los políticos.

Lo que sí se ve, es que es muy complicado poder endeudarse con la aprobación de la sociedad, cuando la confianza está rota y no se muestran argumentos claros.

Otra propuesta fue que por la vía legal se ponga un límite a la deuda en cada entidad federativa y que ésta sea mayoritariamente utilizada para obra productiva y no para gasto corriente.

Por último, se habló de la necesidad de crear un fondo de contingencia para cuando la naturaleza o los mercados modifiquen diametralmente las circunstancias, para no tener que andar a las carreras, como ya lo hicimos con el ‘Alex’ y hoy parece se perfila un pretexto más con ‘Ingrid’.

Yo sí creo en que la deuda ayuda al desarrollo en las empresas, pero al que no paga, se le sanciona, y aquí en la deuda pública, al que paga, que somos usted y yo, es a quien al final del día se le termina castigando. Así no queremos deuda.

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