Desde hace 45 años, el 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Tierra. También se hace una invitación a hacer nuestros traslados en cualquier transporte que no sea un auto, ¿por qué?
Porque se está descubriendo que en la mayoría de las ciudades la contaminación ya no está siendo producida solamente por las industrias, sino por el uso excesivo de los automóviles.
No es para menos que hace unos días nos enteramos que la zona metropolitana de Monterrey es una de las más contaminadas en el mundo.
Por esa razón, lancé de manera personal la misma invitación para los candidatos a la gubernatura de Nuevo León como un experimento de reacción hacia el tema.
Le diré también que durante el debate oficial, mientras abordaban el tema del transporte público, casi me echo a llorar ante las soluciones propuestas.
Así que tenía que darnos una oportunidad para ver cómo ellos y sus equipos realmente piensan sobre algo que se ha partido en “vialidades”, “transporte” y bicicletas”, pero no en la visión integral de la movilidad urbana sustentable y multimodal que es clave en el futuro urbano de las ciudades.
El acto simbólico era muy sencillo. Comprometerse de manera individual a un espacio de sus traslados durante el día sin carro. Esa faena que parece prácticamente imposible.
Varias veces en esta columna he expuesto sobre cómo las personas se sorprenden cuando reconozco abiertamente que no tengo un automóvil.
De inmediato los candidatos de los partidos minoritarios lo hicieron.
Chema Elizondo, del Partido Humanista; Rogelio González, de Morena; Asael Sepulveda, del PT, sin cuestionar, se sumaron al reto. Por más que busqué a Luis Farías, de Cruzada Ciudadana, no encontré forma de contacto.
Humberto González, del PRD, no sólo subió su propio acto simbólico, sino me retó para que lo acompañara a ser testigo de su tránsito
No desaproveché la oportunidad de observar su comportamiento ante la calle. Ahí puso en evidencia los defectos de la infraestructura que no incentiva a una cultura vial que respete a quienes nos movemos caminando.
Hablamos sobre que, aunque la diferencia debería ser clara, la propuesta sobre el transporte público y sus mejoras no debe ser la única alternativa para moverse en la ciudad.
Insisto, y ahí piensa un poco sobre qué pasa por tu cabeza cuando sales de tu casa, ¿quién se cuestiona si, además de ver al automóvil como opción, puedes planear un tránsito de otra forma? Claro no hay infraestructura, pero si nosotros no la demandamos, ¿quién lo hará?
Además de caminar, nos fuimos a conocer el barrio en donde se encuentra su oficina y coincidimos sobre que esta infraestructura vial hace invisibles a las comunidades que habitan o tienen sus negocios en los territorios.
Ivonne Álvarez también mostró su compromiso público, fue la única que optó por el uso de las bicicletas.
Mostrando que, aunque no los vemos –porque literal, no los vemos si vamos en un auto- hay personas en los municipios que se mueven a sus trabajos por medio de “dos ruedas” y no precisamente por cuidar del medio ambiente, sino porque se ahorran dinero.
Entonces, el uso de este medio de transporte también impacta en la economía.
El equipo de Jaime Rodríguez contestó tarde, ¿qué tal a caballo? Bueno, en algunos de los pueblos de este estado y otros en el país, sigue siendo un medio de transporte, aunque ahí habría que hablar de la protección a los animales.
Aún con eso caminó y subió su foto con compromiso por #díasincarro. Los que quedan pendientes son Felipe de Jesús Cantú y Fernando Elizondo…
¿Por qué es importante esto? Eduardo Galeano, que recién murió, decía: “Gente pequeña en lugares pequeños haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo”.
Porque candidatos o no, de derecha o de izquierda, de arriba o abajo, al final la ciudad la hacemos todos, ¿qué mejor que asumamos esa corresponsabilidad para el futuro?
Porque la costumbre es más fuerte que el amor –al auto- podemos hacer un día sin carro.