La historia ha confirmado que lo improbable nunca es imposible. Por eso, lo que esperemos del resultado de la elección presidencial no debe afectar nuestra decisión de ir a votar o no. El domingo no solamente elegiremos a un presidente, sino a una serie de funcionarios públicos que serán fundamentales en el próximo sexenio.
Veámoslo así, la elección presidencial no está decidida y entre más ciudadanos salgan a votar este domingo, menos lo estará. Vale la pena ejercer el derecho al voto pues el futuro es impredecible y es posible todavía interferir en él.
Pero aún si fuera el caso contrario, si la elección presidencial ya estuviese decidida, (reitero que no lo está) entonces sería aún más importante salir a votar para crear contrapesos legislativos a EPN.
En mi caso, votaré por AMLO y senadores y diputados del PRD basándome en tres razones, una ideológica, una pragmática y una preventiva.
Ideológicamente coincido más con los planteamientos de la izquierda en cuestiones de derechos humanos, economía y políticas públicas. Estoy convencido de que el problema más importante a resolver es la enorme desigualdad social y ello no se logrará si no se cambian las estructuras del poder, se distribuye más justamente la riqueza y se combate a la corrupción e impunidad en el gobierno. PAN y PRI han gobernado este país sin lograr los resultados esperados en estas cuestiones.
La segunda razón es pragmática en dos sentidos, mi voto no es por una utopía sino por una realidad tangible; El DF es una muestra de que las cosas si pueden mejorar con una buena gestión. AMLO fue buen jefe de gobierno y su gabinete cuenta con servidores calificados. Aun así, me parece que ha sido un candidato mediocre, testarudo y poco moderno, en ese sentido mi voto por AMLO será pragmático de otra manera: es el mal menor entre los cuatro.
Por último está la razón preventiva. En caso de que Peña Nieto gane la presidencia se necesitará crear una oposición seria y real en ambas cámaras. PAN y PRI representan en muchos sentidos proyectos similares para México, no es difícil imaginarlos pactando, lo que es deseable siempre y cuando el fin sea sacar adelante proyectos plausibles para México, pero mucho me temo que la historia nos ha enseñado a no ser tan ingenuos.
A pesar de que votaré por AMLO y me gustaría verlo triunfar, no puedo más que ser escéptico.
El PRD desperdició una oportunidad histórica al no postular a Marcelo Ebrard y es probable que pague las consecuencias. En general, las campañas de este 2012 han sido lamentables. Los cuatro candidatos han demostrado una mediocridad preocupante.
Debería consternar que lo mejor del proceso electoral no ha venido de ellos sino de los estudiantes de#YoSoy132 que por encima de AMLO y JVM se consolidaron como la oposición mas eficaz al regreso del PRI a Los Pinos.
Este domingo muchos saldremos a votar con la esperanza de que el futuro nos depare una de esas sorpresas . Sin embargo, en caso de que no sea así, será importante que AMLO reconozca la derrota y se establezca como una oposición digna y racional.