Dos gritos
La noche de pasado 15 de septiembre en realidad hubo dos “gritos” en Palacio Nacional.
El primero, fue el de Felipe Calderón.
Con ayuda de la magia del audio de la televisión y la dirección de cámaras, el Gobierno Federal pudo transmitir en vivo su versión oficial de lo que se oía y se veía en el balcón central y en las inmediaciones de Palacio Nacional.
El segundo, fue el de los integrantes de los jóvenes de #Yo soy 132 y de una buena parte de los asistentes.
Le gritaron a Felipe Calderón: “¡Asesino, asesino!”.
Redes de PoderLa noche de pasado 15 de septiembre en realidad hubo dos “gritos” en Palacio Nacional.
El primero, fue el de Felipe Calderón.
Con ayuda de la magia del audio de la televisión y la dirección de cámaras, el Gobierno Federal pudo transmitir en vivo su versión oficial de lo que se oía y se veía en el balcón central y en las inmediaciones de Palacio Nacional.
El segundo, fue el de los integrantes de los jóvenes de #Yo soy 132 y de una buena parte de los asistentes.
Le gritaron a Felipe Calderón: “¡Asesino, asesino!”.
Aunque eso sí, a la televisión le fue imposible borrar la cara verde que se le veía a Felipe Calderón.
Y no es que el presidente estuviera verde de coraje por las protestas, sino por que los manifestantes le estuvieron apuntando al rostro con intensos rayos láser.
Lo “trollearon” pues, como se dice en el Twitter.
Desde luego que los comentaristas de la tele no hicieron ningún comentario para explicarle a la audiencia el porqué de la cara verde de Calderón.
Mas le hubiera valido a Calderón ir a gritar a Dolores Hidalgo como lo hizo Fox hace seis años.
¿Hubiera ganado Ebrard?
Hoy es el último informe del jefe de gobierno del D.F.
Para unos Marcelo Ebrard fue el “mejor alcalde del mundo”. Pero para otros, no fue tan bueno.
La verdad es que Ebrard tuvo logros, pero también cometió errores.
Pero de ahí a que hubiera ganado las elecciones, como él ha dicho, hay una distancia enorme.
Una cosa es que si todo sigue, y lo apoyen los “Chuchos” con su PRD para el 2018, y otra muy distinta es que sea el más fuerte de los candidatos de la izquierda.
Y además está por verse si lo apoyaría el movimiento Morena de Andrés Manuel López Obrador.
El defensor de Calderón
Todo indica que Ernesto Cordero además de ser un furibundo defensor calderonista, es olvidadizo y despistado.
Y es que en el discurso que el panista pronunció ayer para conmemorar la gesta de la independencia se le olvidaron al menos dos cosas:
La primera: que ya dejó de ser miembro del gabinete de Felipe Calderón, y que ahora es senador de la República, aunque le deba su puesto al presidente.
La segunda: que el senador Cordero es presidente de la mesa directiva, y como tal, todo lo que diga es a nombre de los senadores de todos los partidos.
No puede hablar a nombre de su bancada, aunque sea coordinador, y mucho menos a nombre de Felipe Calderón.
Y es que ayer el senador Cordero, en su discurso exhortó enfrentar “sin titubeos” a la delincuencia organizada, como si los que van entrar estuvieran titubeando.
Una cosa es corregir la fallida estrategia de Felipe Calderón, como lo ha anunciado Enrique Peña Nieto, y otra muy distinta titubear para enfrentar a los delincuentes.
Pero aún hay más. Siguiendo la línea de Los Pinos el ex secretario de Hacienda advirtió: “no podemos equivocarnos. México debe seguir avanzando en la consolidación de los logros alcanzados”.
Si eso fuera cierto, entonces ¿Por qué ganó el PRI?
No por nada, su compañero de partido y de bancada, el senador Javier Corral, señaló el fin de semana que Ernesto Cordero “ha demostrado ser un defensor de Calderón, así sea por encima de la razón o por debajo de la dignidad”.