Ecos olímpicos

Sorprende hasta la pared de enfrente la decisión de Cruz Azul y Javier Aquino de dejar con un palmo de narices a la afición que espera de alguna manera una buena temporada y mejor liguilla con tal de salir beneficiados en un viaje a Europa para enrolarse en un equipo de cuarta, el Villarreal, que juega en la Segunda División española, su sitio histórico, ya que en la Primera División solo ha estado algunos torneos en los cerca de sus 100 años de historia.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Sorprende hasta la pared de enfrente la decisión de Cruz Azul y Javier Aquino de dejar con un palmo de narices a la afición que espera de alguna manera una buena temporada y mejor liguilla con tal de salir beneficiados en un viaje a Europa para enrolarse en un equipo de cuarta, el Villarreal, que juega en la Segunda División española, su sitio histórico, ya que en la Primera División solo ha estado algunos torneos en los cerca de sus 100 años de historia.

Operación en donde se privilegia por los cuatro costados el negocio para el promotor que lo encandila, para Javier Aquino que acepta oro por espejitos y en forma aberrante para la directiva del Cruz Azul que deja ir al que hasta el momento es un diamante en bruto, pero que apunta a ser una joya de la corona, con tal de recibir unos euros por ahí, ya que en junio Javier sería un jugador libre, operación que trae arrastrando mucha frustración.

Cruz Azul: el negocio por delante

No debería sorprender que una operación como esta se da justamente en el seno de una institución que en los últimos 10 años, para no tirarnos a la historia en blanco y negro, ha privilegiado el negocio por encima de los resultados.

Aún y a pesar de sus muchos segundo lugares, en el Cruz Azul no pasa nada, excepto por los promotores y jugadores extranjeros de “medio pelo” que después de un par de temporadas mediocres, los propios promotores que los trajeron se encargan de colocarlos, más baratos por supuesto, en algún otro futbol del mundo y a veces en los equipos de nuestra propia Liga MX.

Hoy la operación de Javier Aquino es frustrante por esta falta de respeto de la directiva que no se pone los pantalones exigiéndole que juegue hasta junio para honrar su contrato y ya después que se vaya.

Aquino: oro por espejitos

Javier Aquino traiciona de entrada a la afición de Cruz Azul que veía en él al próximo referente de esta Institución, recordando simplemente que desde Óscar “Conejo” Pérez, la Máquina y sus muchas canteras no han generado un solo jugador que se proyecte como referente en la cancha y en la tribuna.

Sin menos preciar a nadie, Cruz Azul solo produce jugadores guerreros de mediano nivel que probablemente lleguen a ser Tenientes o Capitanes, pero nunca Generales.

Así contando con la complicidad de esta Directiva que privilegia el negocio por encima de lo demás, sus promotores lo encandilan y se lo llevan al Villarreal de la Segunda División de España, desde donde será difícil proyectarse hacia el Continente Europeo.

Espero algún día poder tragarme estas palabras, pero hoy  a sus 22 años, con su medalla olímpica y con el cobijo de la afición azul, este paso equivale a irse de polizonte en un barco de carga, si comparamos al “Chicharito” que se fue en jumbo y en primera clase. 

Quizá si el Villarreal consigue el ascenso o si le tienen sitio en el competidísimo mercado europeo, espero equivocarme pero 2 + 2 siempre son 4.

 Las traiciones a la afición azul

Estamos de cara a la fecha cinco de nuestra Liga MX y Aquino se ha ganado un sitio en el cuadro titular y en el corazón de la afición.

Este paso de irse a la Segunda División de España trastorna por supuesto el trabajo de Memo Vázquez y principalmente vuelve a obligar a la sufrida fanaticada a buscar referentes y líderes en el extranjero alimentados por el negocio de su directiva. Javier Aquino y los promotores del Cruz Azul traicionan a su afición.

Directiva millonaria

Sigo sin entender por más que le doy vueltas las razones de la directiva del Cruz Azul para no realizar un esfuerzo y ofrecerle a partir de junio a Javier Aquino un contrato como los que están acostumbrados a pagarles a los extranjeros mediocres y fantoches con los que se hace el círculo perverso de promotores y directivos.

Probablemente no al nivel de las grandes estrellas que hoy manejan como Jesús Corona, Gerardo Torrado entre los mexicanos o estos nuevos refuerzos, pero sí mejorarlo y apostándole al futuro de un jugador que insisto, es un diamante en bruto que pronto podría ser la joya de la corona para el Cruz Azul, pero estamos hablando de un jugador mexicano, si hubiera sido extranjero apuesto a que las condiciones serían diferentes, con un promotor en medio.

Así las cosas pues, por más que me quieran decir por aquí o por allá, este es el ejemplo de lo que no debe ocurrir en la Liga MX, dejar ir a las figuras, que son atractivo para llevar gente al estadio y a las pantallas de televisión, cambiando oro por espejitos solamente por llegar al Viejo Continente y cumplir los sueños de no sé quién… Así de fácil.

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