Es la consigna pero con otras palabras de José Manuel De la Torre y su cuerpo técnico, con el que tuve la oportunidad de platicar en diferentes intervalos en la sala de espera, previo al vuelo chárter que nos trajo junto con la Selección Nacional a un grupo de periodistas a esta mágica isla de Jamaica.
No vamos a disfrutar de la playas extraordinarias y exuberantes de Montego Bay u Ocho Río, estamos en la zona de Jamaica que se encarga de producir casi todo lo que aquí se consume.
Hay un puerto carguero, algunas industrias y comercios que transportan por pequeñas y sinuosas carreteras en esta isla, y el aeropuerto construido en una punta que sería una pequeña península unida a la isla con una carretera, construida recientemente, protegida de los oleajes altos y a veces traicioneros de estas islas caribeñas, por unas escolleras de piedra en los dos costados.
Kingston es pues la capital de esta isla y sus habitantes casi sin excepción platican no solo de futbol sino del orgullo de sus grandes atletas, recordando que de aquí son los más grandes campeones olímpicos del atletismo en los últimos 50 años, ya sea bajo la bandera de Jamaica o de países adoptivos como Canadá y la Gran Bretaña.
Es igual, los atletas nacen y crecen por montones, y precisamente…
Enfrentarnos a grandes atletas
Platicaba con Eduardo “Yayo” de la Torre acerca de cómo nuestro cuerpo técnico ha estudiado a este equipo, que ya nos hizo pasar un trago amargo hace un par de meses arrebatándonos dos puntos en el Estadio Azteca.
La constitución natural de los jamaicanos es precisamente de atletas fuertes, potentes, con grandes zancadas y velocidad aunque poca resistencia; y no les es desconocido el tema del futbol cuando la mayoría de sus jugadores de esta selección juegan para equipos de la Segunda División de la Liga Premier de Inglaterra, así como en la MLS, aprovechando su estatus de pasaporte comunitario.
Pero todo esto es la teoría, la realidad es que…
Hay que salir a partírsela
Y el cuadro inicial que presenta esta noche “Chepo” de la Torre será con 11 jugadores convencidos de que el triunfo hay que sacarlo como sea.
Ya no estamos en la etapa de dar concesiones, porque el margen de error se nos ha ido reduciendo al mínimo. En el partido contra Nigeria, el viernes pasado, se dejó esbozar la forma en que se puede rebasar a estos atletas jamaicanos, encarándolos con picardía y con la inteligencia de que el desborde tiene que generar pases al centro; que no sean pelotazos que con la altura de los defensas de Jamaica simplemente se quedaran en ellos.
Sorprenderlos en el arranque y mantener el esfuerzo, reflexionando en la frustración de Aldo De Nigris, no perdonar y anotar las que se presenten.
Atrás tenemos un grupo sólido, y la duda entre Memo Ochoa, con quien tuve la oportunidad también de platicar el día de ayer, se ve alegre, satisfecho, muy fuerte, física y mentalmente; y José de Jesús Corona, nos asegurarían un porterazo por default en la Selección.
Así las cosas pues, hoy aquí en Jamaica con el veleidoso clima del Caribe, en donde llueve por ratitos, casi como una tormenta y se disipa de inmediato, con los grandes oleajes que contrastan a las dos horas con la tranquilidad de este mar, me quedo con la idea y la reflexión del “Chepo”: “Hay que ganar como sea”, pero con inteligencia y el corazón por delante… Así de fácil.