El embargo de armas de EU

Una traducción aproximada a lo establecido por la segunda enmienda de la Constitución estadounidense sería en los siguientes términos: “Siendo una milicia bien preparada necesaria para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a tener y portar armas no será vulnerado”. 

Francisco Martín Moreno Francisco Martín Moreno Publicado el
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Una traducción aproximada a lo establecido por la segunda enmienda de la Constitución estadounidense sería en los siguientes términos: “Siendo una milicia bien preparada necesaria para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a tener y portar armas no será vulnerado”. 

La disposición anterior podría ser tan amplia que permitiría poseer lanzagranadas o bazucas en casa a título de protección de los ciudadanos, muy a pesar de lo ocurrido en días pasados en Aurora y años atrás en Columbine, Colorado, entre otras ciudades de la Unión Americana, en donde se han sucedido hechos criminales como los antes expuestos.

Los defensores del derecho a poseer armas y a comprarlas sin limitación alguna, aducen que quien esté dispuesto a quebrantar las leyes promulgadas para prohibir los actos de violencia no se detendrán por las leyes relativas a dicho control, sin olvidar que quien prescinda de tenerlas en casa o fuera de ella, estará en manos de individuos antisociales armados, mientras que la gente pacífica quedaría indefensa al alcance de los delincuentes. 

Agregan que tampoco serviría el control doméstico para adquirir armas libremente porque solo ayudaría a incrementar el mercado negro, de la misma manera en que actualmente se pueden comprar drogas sin que la policía pueda impedirlo; concluyen, entre otras razones, que el derecho a portar y poseer armas tiene por objetivo garantizar la supervivencia de la democracia y evitar atropellos como los que se dan, por ejemplo, en Cuba por parte de funcionarios estatales que abusan de los ciudadanos al saberlos desarmados y sin capacidad alguna para derrocar a tiranos como Fidel Castro.

Finalmente aclaran que la Segunda Enmienda es la mejor póliza de seguro que el pueblo norteamericano puede tener contra la tiranía…

Con independencia de los argumentos a favor o en contra de la tenencia de armas en Estados Unidos, en lo que hace a México, el verdadero tema que nos debe preocupar, el presidente Obama bien podría respetar dicha enmienda y decretar un embargo de armas a México, con excepción de las que pudieran adquirir el ejército y la marina mexicanas, tal y como ya ha acontecido varias veces a lo largo de nuestra historia y de la de otros países. 

¿Estados Unidos no impuso en nuestros días una prohibición a las ventas de armas a Venezuela? ¿Por qué no dictan la misma medida en el caso de México de tal forma que los buques, aviones, camiones que tengan a nuestro país como destino se revisen dentro de la fronteras estadounidenses? ¿Que podrían darse las triangulaciones? Sí, pero también las multas y las penas corporales para quienes atentaran en contra de la ley. Por algo debemos comenzar.

Los presidentes Madison, Taft, Wilson y Coolidge, entre otro más y por diversas razones, prohibieron la venta de armas y municiones o levantaron embargos a favor de un grupo o de otro por así convenir a sus intereses políticos hemisféricos. 

¿Por qué nuestra diplomacia no intenta revivir la historia y logra un embargo como el trabado en contra de Venezuela? No olvidemos que, cuando le convino a EU, Wilson le vendió “puras balas de palo recubiertas con plomo” a Pancho Villa, porque ya se había inclinado por Carranza… Sí se puede.

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