El general quiere hablar y Sukarne ‘se arregla’ en el DF

El general Alfredo Flores, secretario de Seguridad del Estado, es una especie rara que se aleja de la imagen tradicional del militar duro y parco.

A diferencia de sus antecesores en el cargo, el excomandante de la Séptima Zona Militar no le tiene miedo a la prensa y se siente cómodo encabezando eventos públicos y contestando preguntas a los reporteros.

Nos aseguran que Flores no tiene inconveniente para  presumir en ruedas de prensa los logros de Fuerza Civil e incluso también salir ante los medios cuando hay temas delicados de inseguridad y hay que apechugar.

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El general Alfredo Flores, secretario de Seguridad del Estado, es una especie rara que se aleja de la imagen tradicional del militar duro y parco.

A diferencia de sus antecesores en el cargo, el excomandante de la Séptima Zona Militar no le tiene miedo a la prensa y se siente cómodo encabezando eventos públicos y contestando preguntas a los reporteros.

Nos aseguran que Flores no tiene inconveniente para  presumir en ruedas de prensa los logros de Fuerza Civil e incluso también salir ante los medios cuando hay temas delicados de inseguridad y hay que apechugar.

Pero la voluntad de Flores se topa con la decisión del gobierno de Nuevo León de prohibir a sus funcionarios estatales de seguridad dar declaraciones a los medios de comunicación, porque existe  un vocero de seguridad.

La figura de la vocería estatal en seguridad, a cargo de Jorge Domene, jefe de la Oficina Ejecutiva de la Gubernatura, lleva ya casi dos años funcionando en la administración del gobernador Rodrigo Medina.

La idea no era mala al principio: centralizar la información sobre seguridad y evitar contrapunteos entre los mismos funcionarios estatales.

Pero hoy Domene tiene otros encargos y otras ocupaciones y quizás ya es hora de que los funcionarios responsables de las áreas del Estado salgan a comunicar personalmente su trabajo.

Por lo pronto el general Flores no tiene problemas en comenzar a hacerlo.

El fin de la Santísima Trinidad

Los panistas de Nuevo León vivirán esta semana otra jornada intensa y de jaloneos con miras a conformar su nuevo Consejo Estatal.

Los 60 nuevos integrantes del Consejo panista serán elegidos este domingo en la Asamblea Estatal que se celebrará en Cintermex.

Ese día se materializará lo que aquí se ha anticipado: el fin del triunvirato Raúl Gracia, Zeferino Salgado y Fernando Larrazabal, líderes de la neocúpula albiazul que controló el PAN en los últimos años.

 Y el surgimiento de la nueva cúpula integrada ahora por la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, y sus panistas aliados del grupo de la División del Norte.

Atrae secretario asunto Sukarne

El titular de la Semarnat, Juan José Guerra Abud, mandó a Nuevo León por el expediente del rancho ganadero que la empresa Sukarne pretende construir en Montemorelos.

El permiso de cambio de uso de suelo estaba a punto de ser resuelto por la delegación estatal de la Semarnat, que encabeza el exdiputado federal del Partido Verde Guillermo Cueva.

Pero desde la Ciudad de México hubo una contraorden y serán las oficinas centrales de la Semarnat las que decidan si otorgan, o no, el último permiso que requiere este proyecto.

Esto sin importar que los burócratas de la Semarnat que resolverán este asunto estén a mil kilómetros de distancia de Montemorelos y que no conozcan la zona.

Fueron ellos mismos los que otorgaron a este proyecto la factibilidad sobre el impacto ambiental y muy seguramente  otorgarán el cambio de uso de suelo en este terreno.

Por lo pronto, hace dos semanas el dueño de Sukarne, el empresario sinaloense Jesús Vizcarra, integró  la delegación oficial de empresarios que acompañó al presidente Enrique Peña Nieto a China.

¿Se habrá decidido en el avión presidencial el futuro del proyecto de Sukarne en Montemorelos?

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