Nada es verdad, nada es mentira, todo es del color del cristal con que se mira.
Y si allá en la NFL, la terquedad, la soberbia del Comisionado tratando de salvar algo de su reputación por haber cometido esos errorzotes en temas de violencia familiar, y dedicarse a ver si el balón está un poquito más infladito o no, en la Fórmula Uno Lewis Hamilton gana el Gran Premio de Italia sin cuestión.
Probablemente tomó ventaja de una llanta desinflada, podríamos llamarle el “Llantagate”, es decir, cuando las llantas están desinfladas, no mucho, obviamente tienen más piso, y por lo tanto más agarre y con ello también más desgaste, una cosa viene con otra.
Pero pudo tomar ventaja Lewis Hamilton, aunque el triunfo fue demasiado holgado, impecable. En el caso de Tom Brady, el triunfo sobre los Colts fue, demasiado holgado, impecable.
Allá la terquedad está costando 5 millones de dólares, aquí la Formula Uno dice, adelante con Lewis Hamilton, su triunfo es inobjetable, y aunque estaba fuera de reglamento, uno de los neumáticos y los otros en el límite, en la rayita y un poquito más, se acepta esa victoria, punto, y como dicen los americanos: Next.
Venus, como el cohetero
Por otro lado, el caso de las hermanas Williams, ahí le va el tema entre Venus y Serena.
Serena busca el Grand Slam, ganar lo que ya ganó, el Abierto de Australia, el Abierto de Francia, que es el Roland Garros; el Abierto de Inglaterra en Wimbledon y solo le faltaría este, el Abierto de los Estados Unidos para completar los cuatro Grand Slam en el mismo año.
Tema que no ha alcanzado nadie, ni hombre ni mujer, desde 1988 cuando lo hizo la gran, gran, gran Steffi Graff, esta jugadora alemana que también logró meter en cintura a André Agassi, e hizo no solamente los cuatro Grand Slam, también conquistó los Juegos Olímpicos de Seúl, por lo tanto hizo el “Graff Slam”, pero vamos a quitar la medalla porque este no es un año olímpico, sino el próximo.
Pero resulta que enfrenta a su hermana Venus Williams, qué pasa con Venus, si le gana a Serena, seguramente el Día de Acción de Gracias no comerán pavo juntas, y no habría regalo de Navidad entre ellas, porque le quitó a su hermana el sueño de ser campeona del Grand Slam.
Pero al mismo tiempo si pierde Venus Williams, como todo lo indica, habrá muchos morbosos que digan “Es que Venus Williams le regaló el torneo a su hermana para que pueda seguir adelante”, tomando en cuenta que además las preclasificada han caído como boliches.
Así que la bronca no está del lado de Serena Williams por ganarle a su hermana, que todo indica que sí, sino en la consciencia de Venus Williams.
De cualquiera de las dos formas queda mal, como el cohetería de mi pueblo, si los truena porque los trinó, sino los truena porque no tronaron.
Así las cosas pues, nada es verdad, nada es mentira, todo es del color del cristal con que se mira.