Los velocistas son así, egocéntricos por naturaleza y competitivos hasta la pared de enfrente, temperamentales e impredecibles, se saben la elite del atletismo y el campeón es por default el rey de los Juegos. Son egoistas convencidos de su grandeza, así debe ser para soportar esa presión casi mortal de esperar años de constante entrenamiento, disciplina, dedicación, competencia, más competencia, siempre competencia, siempre buscando vencer, ser superiores, tomar ventajas desde niños para darlo todo, absolutamente todo en una explosión de energía liberada casi al nivel de la explosión del átomo, menos de 10 segundos, voltear por insitinto a los tableros para saberse el REY DE LOS JUEGOS o de lo contrario, el regreso humillante con las manos y el alma vacías, por esto si alguien quiere invitar a Usain Bolt a un bautizo pierde su tiempo, el hombre más veloz de mundo solo asistirá si le garantizan ser el niño del bautizo.
Llega Usain Bolt a Londres
El campeón y récord olímpico y del mundo en los 100, 200 y relevo 4×100 vive hoy en lo más alto de la gloria, la víspera Olímpica en el apogeo de su brillante carrera, estos cuatro años no lo han cambiado en su raíz y escencia del caribe jamaicano, solo que hoy es un atleta y un hombre más maduro, más consciente de lo que hace y de sus alcances. Hoy comienza a retar a sus adversarios desde antes de la gran carrera, su competencia ha comenzado ya, con casi dos semanas de antelación ya manda el mensaje a sus adversarios que hoy son todos los velocistas del orbe. Usaín Bolt grita a los cuatro vientos que va por todos los oros y por todos los récords en sus tres pruebas, no hay más, habrá que creerle y sus adversarios tendrán que segur mirándolo con respeto a pesar que por dentro las entrañas les queman, todos son
egocéntricos, todos “hechos a mano”.
Este reto lo lanza Bolt desde Londres, ha llegado con mucha antelación a la cita sobre el tartán Olímpico, y es que también es el atleta insignia de varias firmas, principalmente de Puma.
No existe un campeón de ese nivel
Hay que recordar que los 100 metros es la prueba reina del atletismo, aquí surge el hombre más veloz del planeta, los ocho finalistas se saben los “Selectos” de los Dioses del estadio, todo el mundo gira alrededor de ellos y Usain Bolt no es ni será la gran excepción a esta regla.
La declaración ayer de Bolt es encaminada a que los focos que estaban dirigidos a otro lado regresen a su sitio dirigidos a él, el jamaicano dice que va por todos los récords y saben que posibilidades tiene y muchas.
Los pequeños grandes errores…
Con más dudas que respuestas nos deja el Tri Olímpico después de sus tres partidos de preparación, no hay mucho para comentar optimista o positivamente.
El hecho de que al final de los juegos en que perdimos con Japón y España la constante sea: “… es que cometimos muy poquitos errores, ahí nos agarraron fríos pero luego nos repusimos y nos fuimos parejos… sólo nos faltó…” EL GOL! ..”, bueno pues, una falla de José de Jesús Corona a pesar de que después tuvo atajadas como siempre de gran porterazo, nos costó el partido contra España y otro más del joven Furby Herrera, el de Pachuca, al retrasar mal un balón nos cuesta el partido contra los nipones…
Estos pequeños errores
Puede que después del daño, las líneas se ajustan y hasta se olvide la falla en el transcurso del partido, pero son los que marcan diferencia, esto es fundamental, las desatenciones son tristemente las que nos han echado de torneos que veníamos haciendo bien. En esta clase de eventos escasean las oportunidades en ambos bandos, el que capitaliza un error del rival o el que comete menos pecados y que éstos sean veniales es el que se mantiene vivo, el otro se va a casa con la triste y pírrica satisfacción de “..haber jugado bien…”
Seguramente aquí están enfocadas las baterías del cuerpo técnico encabezado por Luis Fernando Tena.
Por cierto, hablando de errores, ya vamos amonestados con el nuevo y espantoso uniforme del Tri Olímpico… Así de fácil.