Desde el 2008, no teníamos a un personaje tan disruptivo en la política americana como Donald J. Trump. En los últimos meses, este político guión billonario guión actor de reality shows ha abarcado los titulares con sus declaraciones, amenazas, y ridículo general. El partido republicano ha sido criticado por tomar en serio a tal personaje, mas, para otros, el factor Trump puede ser esencial para que el GOP regrese a la casa blanca.
En la política americana moderna, el año anterior a las elecciones es el más clave para una campaña efectiva. Más que ganar votos tempranos, la clave de poder lanzar una campaña efectiva recae en tener las finanzas para hacerlo.
En ciencias políticas se cree que la gente puede votar por quien piensa que es el correcto, pero le mete dinero a quien siente que es el correcto. Las cifras de popularidad muestran el pésimo trabajo que los republicanos estaban haciendo para hacerse notar.
Según un estudio de NBC y The Wall Street Journal en conjunto con Hart Research en junio,
Jeb Bush, teóricamente el candidato más viable, tiene solo un 27 por ciento de la gente con una opinión positiva de él. Más importante, el 37 por ciento dijo que no le importa o no lo conoce.
Dentro de la gran gama de republicanos, los estudios muestra el bajo nivel de interés en su carrera. Los siguientes dos candidatos después de Bush están aún peor. El 53 por ciento de la gente no tiene opinión o no conoce a Marco Rubio, y el 46 por ciento ignora quién es Mike Huckabee. En comparación, el 44 por ciento de los votantes tienen una imagen positiva de Hillary Clinton, solo el 15 por ciento dijo sentirse neutral y apenas el 1 por ciento de los votantes no la conoce.
Este tipo de ignorancia y desinterés sobre el partido republicano es una receta para la derrota. En Estados Unidos, el año anterior a las elecciones es crítico para recaudar donativos y financiar las campañas. Se estima que Hillary Clinton ya tiene recopilado más de mil millones de dólares.
Y luego llegó Trump
Donald Trump es disonante, agresivo, absurdo, pero sobre todo, emocionante. Va a la frontera para “supervisar su seguridad”. Se mete con la demografía clave que los republicanos necesitan para ganar la presidencia, cuando tiene a un “contraincante” que habla perfecto español y fue gobernador de Florida.
Trump servirá para que los candidatos serios utilicen su factor de superestrella para debatir con él y ganar reconocimiento. Entre más utilicen a Trump como saco de box, y entre más mal se vea Trump, mejor se verán los candidatos que debatan contra él. El candidato mágico que va a callarle la boca a Trump sobre los migrantes y se pintará como el campeón de los latinos vendrá desde adentro del corazón republicano.