El Premio Nobel de Economía de este año no puede ser más relevante para la situación actual del país.
Jean Tirole es un economista francés que cuenta con una larga carrera investigando temas de Organización Industrial: el estudio de las imperfecciones del mercado. Particularmente temas de regulación.
Ha publicado más de 200 artículos académicos y 10 libros, frecuentemente con su colega fallecido Jean-Jacques Laffont.
Es difícil resumir sus cuantiosas contribuciones, pero lo más importante es la idea – y el diseño – de regulaciones sui generis para los distintos mercados existentes.
El hecho de cada mercado distinto (Internet, telecomunicaciones, manufactura, etcétera) tenga sus propias características, exige que cada uno tenga su regulación particular.
Un ejemplo muy concreto es el mercado de Internet, donde Google, Facebook y Twitter no cobran al consumidor final, por lo que era un reto probar que su poder de mercado tenía incidencia negativa en el bienestar social en términos de consumidores.
A través de una red compleja, donde el aumento en el costo de la publicidad, y por ende en otros productos, Tirole logra diseñar la regulación para este tipo de mercados.
La relevancia parte del rol cada vez más importante que se le ha dado a la Cofece en temas de competencia y al Ifecom en temas de telecomunicaciones.
Ambos recibieron el año pasado autonomía constitucional, lo cual significa que ni de manera jerárquica ni presupuestal están supeditados a ninguna instancia del Poder Ejecutivo. Esta independencia supone que traerá mejores condiciones de mercado al país.
Es claro que la falta de competencia es uno de los mayores lastres de la economía, en sectores claves contamos con empresas que gozan de inmenso poder de mercado y generan beneficios para ellas a costa de los consumidores.
Otro punto importante que puede mejorar en México es la influencia de la academia en el diseño de políticas públicas.
En otros países, Estados Unidos siendo el ejemplo más claro, la investigación (y concretamente los investigadores) es fundamental en el avance de las prácticas de gobierno. En México en menor medida pasa esto.
Si bien es común que funcionarios de gobierno impartan clases en universidades prestigiosas, no se ha logrado fomentar la investigación académica a niveles de otros países.
Esto hace que nuestras prácticas de políticas públicas tiendan a estar rezagadas, o a ser un intento de tropicalización de políticas de otros países. Lo cual es contradictorio, como dejan las enseñanzas de Tirole, la regulación (política elemental) debe ser diseñada individualmente tomando en cuenta la naturaleza de cada mercado.