Entre mosqueteros y sabuesos hambreados

Recordando lo afirmado desde hace mucho rato en estos mismos espacios, y algunos más en los que tengo el privilegio de colaborar, vivimos una época privilegiada en muchos aspectos y el tenis no es la excepción. Tenemos al mismo tiempo al grupo compacto de los tres Mosqueteros, que como en la novela de Alejandro Dumas, en realidad son cuatro, que vienen dominado el firmamento tenístico desde hace ya una década.

Como en el teatro

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Recordando lo afirmado desde hace mucho rato en estos mismos espacios, y algunos más en los que tengo el privilegio de colaborar, vivimos una época privilegiada en muchos aspectos y el tenis no es la excepción. Tenemos al mismo tiempo al grupo compacto de los tres Mosqueteros, que como en la novela de Alejandro Dumas, en realidad son cuatro, que vienen dominado el firmamento tenístico desde hace ya una década.

Como en el teatro

El Abierto de Francia, segunda joya de la corona del Grand Slam y sus míticas canchas de arcilla, es hoy el Teatro Magno, comparable en calidad, tradición y espectáculo, cada quien en lo suyo, a la Ópera de París ubicada a unos 15 kilómetros del escenario tenístico.  

Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic Y Andy Murray, por estricto orden de aparición como en las grandes obras de teatro, han mantenido no solo la supremacía de forma individual desde que Roger tomó la estafeta en 2004, sino que desde hace unos siete años se la han repartido entre ellos, cerrando la puerta a quien los quiera retar para meterse al “Top 4”, claro, con algunas excepciones producto de las lesiones de alguno de ellos tal y como ocurre ahora en que el número cuatro lo trae el alemán Thomas Berdych, el cinco es Kei Nishikori, seis es Milos Raonic y Rafa Nadal hasta el siete por sus lesiones.

Sin embargo, la jerarquía manda y en realidad es uno de los Tres Mosqueteros, que son cuatro, a los que todos respetan y por ende todos quieren vencer jugándoles a tope, reto que los cuatro asumen y disfrutan.

Rafa y Djokovic

En lo que debería ser una Final adelantada, ambos se juegan la vida en Cuartos de Final buscando el boleto a Semifinales.

La situación de llegar como siete del mundo puso a RAFA en estas condiciones de ser el sembrado número seis y el sorteo no le fue benigno, así que enfrentar en esta Final adelantada  al actual número uno y para mí el favorito para llevarse su primer Grand Slam en canchas de arcilla, el mítico Roland Garros, Novak Djokovic, que hoy está un cachito delante de los demás, sacará chispas y torbellinos.

Es la primera vez desde el 2006 en que Rafa no arranca como favorito en la que muchos llamamos “su” superficie, la arcilla, en la que es casi invencible.

Es el máximo ganador con nueve títulos y actual campeón defensor. Es más, lleva cinco Roland Garros desde el 2010 a la fecha.

Puro sabueso hambreado

El sorteo no le fue benigno tampoco a Novak Djokovic, que siendo el número uno del planeta y por ende de la siembra, deberá enfrentar este miércoles a Rafa.

El ganador de este súper duelo espera en Semifinales, teóricamente, a Andy Murray y de ahí saldría el finalista que, todo apunta, enfrentará a Roger Federer, número DOS, que esta tarde, por ahí de las siete de la mañana de México, se ve las caras con su compatriota Stanislas Wawrinka.

Después, enfrentará al ganador del match entre el japonés número cinco, Kei Nishikori y el local Jo-Wilfred Tsonga.

A Roger le toca enfrentar a puro sabueso hambreado con ganas de trascender.

El tenis varonil es hoy una fortaleza de poder y consistencia en donde los grandes lo son, lo parecen, lo demuestran y lo honran desde hace décadas, a diferencia del voluble tenis femenil que sube y baja como montaña rusa. Así de fácil. 

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