Entre ‘si-sis’ y ni-nis’

Está claro que hay un creciente número de jóvenes que llegan a la edad de preparatoria y que se les denomina hoy en día “ni-nis”. 

Por ello, las autoridades gubernamentales y los propios empresarios han puesto el ojo en ese grupo, para emprender acciones con el objetivo de rescatarlos, de llevarlos hacia el estudio, la capacitación o el trabajo. 

Tatiana Clouthier Tatiana Clouthier Publicado el
Comparte esta nota

Está claro que hay un creciente número de jóvenes que llegan a la edad de preparatoria y que se les denomina hoy en día “ni-nis”. 

Por ello, las autoridades gubernamentales y los propios empresarios han puesto el ojo en ese grupo, para emprender acciones con el objetivo de rescatarlos, de llevarlos hacia el estudio, la capacitación o el trabajo. 

Sin embargo, la competencia está difícil versus la invitación del crimen organizado a unirse a la delincuencia por la vía del menor esfuerzo y la mayor paga: cobro de piso, halconcito, vendedor o distribuidor de droga, o cuidador de levantados. 

Ante esto vale la pena compartir algunos puntos que escuché en el pasado Foro de Educación Superior que realizó el gobierno de Nuevo León con ponentes de primera calidad y de actualidad.

El primer conferencista fue, ni mas ni menos, que el conocido Dr. Jesús Amaya.

Ante maestros y jóvenes expuso la problemática que hoy enfrentamos como sociedad, que ha venido cambiando a pasos acelerados por diversos motivos, pero sobre todo, ante la llegada de la tecnología y el alejamiento de los padres por trabajo, divorcio o evasión.

Compartió Amaya la problemática que viven varios de estos jóvenes, quienes no encuentran sentido a sus vidas, tienen deficiencias para convivir de forma personal pues son personajes de la virtualidad y además son narcisistas, viven y han vivido en el “yo”. 

Con esto en mente viene la pregunta de qué y cómo debe enseñar o hacerse atractiva la educación media, pues está claro que como hoy ven los jóvenes la situación de este nivel educativo, difícilmente les es atractiva y le ven poca utilidad y motivación. 

Por lo tanto, considero que la autoridad debe atreverse a modificar la norma que es obsoleta y no atiende la mayoría de las exigencias del mercado: ni del trabajo, ni del alumnado.

Por otro lado, los docentes se enfrentan ante una encrucijada: fueron capacitados por “el portador del conocimiento” y con una autoridad rígida, y hoy los cambios les exigen flexibilidad, ser inspiradores y facilitadores del aprendizaje, utilizar la tecnología como herramienta y a la vez ver cómo “manejar” a los chavos que no respetan la autoridad docente y de sus padres menos.

El reto no es menor, sobre todo cuando hay que lidear con padres que no están en el aula, pero sí aparecen al primer instante para reclamarle al maestro que se atreva a llamarle la atención a su bebé de entre 15 y 19 años.

Con esto frente a nosotros, queda claro que hay un gran abismo y sobre todo, falta de claridad y congruencia de hacia dónde queremos llegar como sociedad, pues por un lado queremos lograr “A”, pero terminamos haciendo “B”.

El padre o la madre que se atreve a intentar detener esta oleada, se siente extraño y solitario, o termina siendo arrastrado por la fuerza de las mayorías, para luego seguir añorando que papá gobierno ponga los límites que no pudo poner él o ella en casa. 

Por si tenemos dudas de los retos, dejo la pluma con algunos datos duros compartidos por el doctor Amaya:

A).-  Los hombres empiezan a tomar  una vez a la semana a los 11 años y las niñas a los 14.

B).-  El suicidio será en cinco años la causa de muerte principal entre los jóvenes de México de 17-24 años y ello porque no encuentran sentido a sus vidas

C).- Las generaciones actuales tienen bajisíma capacidad de manejo a la frustación.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil