Entre Vergara y Donald Trump
En nuestro mundo del Deporte–Espectáculo y también en el del Espectáculo–Político (¡vaya que sí lo hay!), aparecen personajes muy especiales que viven enamorados de las cámaras y micrófonos, algo así como el portero que se tira un paradón al ver una cámara en el horizonte, con el solo propósito de salir en la foto cuando no era necesario lanzarse por el balón.
Los dueños de la verdad
Allá en el Olimpo de la política pululan también esta clase de personajes pasados de comunicativos y hasta irreverentes.
Alfredo Domínguez Muro
En nuestro mundo del Deporte–Espectáculo y también en el del Espectáculo–Político (¡vaya que sí lo hay!), aparecen personajes muy especiales que viven enamorados de las cámaras y micrófonos, algo así como el portero que se tira un paradón al ver una cámara en el horizonte, con el solo propósito de salir en la foto cuando no era necesario lanzarse por el balón.
Los dueños de la verdad
Allá en el Olimpo de la política pululan también esta clase de personajes pasados de comunicativos y hasta irreverentes.
Coinciden ambos mundos en sus personalidades como directivos exitosos en otros terrenos, principalmente empresariales, en donde ese probado triunfo económico que les catapulta a las listas de millonarios les hace pensar erróneamente que son dueños de la verdad absoluta en los nuevos terrenos que pisan.
En nuestro fut, Jorge Vergara se cree y así actúa, que lo sabe todo en esto del futbol, de nada le han servido tantos millones botados “a lo güey” en sus constantes fracasos de sus llamados proyectos futboleros, producto de su terquedad y empeño en conducir TODAS las áreas del Guadalajara.
Lleva una década como dueño y mandamás de Chivas y parece no haber sido suficiente para adquirir tantita de la humildad necesaria que le arranque el antifaz con lente oscuro de la cara, y le permita ver que después de todo, el futbol es un negocio muy complicado al que debe tratarse como tal, delegando en quienes sí saben de esto y exigiéndoles a estos colaboradores después resultados, Valentín Diez Morodo en Toluca sería su ejemplo a seguir.
El bocón Trump
Allá en la política de Estados Unidos, el exitoso empresario y auto ungido en “showman” Donald Trump, comete barrabasadas a diestra y siniestra en cada discurso que sus vasallos se prestan a difundir, haciéndole creer que irradia esa sabiduría política de la que carece lastimosamente, pero que a base de una millonaria propaganda se empeña en imponer, hoy su popularidad ha aumentado entre los candidatos a la presidencia de su país, mucho más por la fama creciente surgida de sus muchas estupideces, que por la minoría de radicales conservadores que le siguen de verdad.
Entre Trump y Vergara
Estas dos personalidades tan aparentemente opuestas tienen también un personaje engreído y archimillonario al que podríamos colocar en medio de ellos, se trata de Jerry Jones, el propietario del equipo más valioso en dólares de la Unión Americana y, si me apuran, la franquicia deportiva más cara del planeta, sus Dallas Cowboys que coleccionan, uno tras otro, fracasos deportivos como las Chivas de Jorge Vergara.
Jones, millonariazo petrolero y extraordinario hombre de negocios ha logrado, en esto sí aventaja a Vergara, no solo sostener la exitosa franquicia, sino incrementar su valor y posicionarla hasta arriba de todos, aún y a pesar de sus sonoros fracasos en el terreno deportivo, en donde se empeña en dirigir personalmente la oficina de sus Cowboys delegando, solamente algunos temas en ¡sus hijos!.
La nueva patinada de Jerry Jones
Este fin de semana, los Cowboys visitaron en pretemporada a los 49’s. de San Francisco en su nuevo estadio.
Juego aburridísimo hasta la pared de enfrente con victoria pírrica de los 49’s 23-6 con todo y gol de campo fallado por el casi siempre acertado pateador Dan Bayley.
Es más, al final del juego el coach de Dallas, Jason Garrett señaló: “nada nos funcionó a la defensiva, tampoco a la ofensiva, tampoco a la hora de patear…” o sea, nada.
Jerry Jones se quejó amargamente de las condiciones del terreno de juego del Estadio Levi’s, señalando, palabras más, palabras menos: “Este campo nos está causando que tengamos que examinar qué es lo que haremos durante el juego, por los retos del césped. Me recuerda a la Ciudad de México. ¿Si recuerdan los cúmulos de pasto, tan grandes como pelotas de softbol?. Eran gigantes. Grandes cúmulos por ahí. No puedo creer que hayamos seguido jugando en la Ciudad de México”.
¿Y su cuate Emilio Azcárraga?
Si recordamos bien, después de la tercera visita de los Cowboys al Estadio Azteca, Jerry Jones se deshizo en elogios para el estadio, para la organización, para el público mexicano mayoritariamente Dallas Fan, a quienes agradeció esa lealtad y también para Emilio Azcárraga, dueño del inmueble y mandamás de Televisa.
¡Sopas!
Al darse cuenta de la magnitud de su nada acertado comentario, Jerry Jones no tardó en ofrecer disculpas a la organización de los 49’s.
“Me disculpo por cualquier cosa que haya dicho sobre el pasto. Estoy equivocado, me retracto”, declaró Jerry Jones después del partido ante San Francisco.
“Es una gran superficie para jugar. Han hecho un montón de trabajo. Me siento terrible de muchas maneras por haber criticado el pasto sin venir aquí y realizar mi propia inspección.
“Me quito el sombrero ante ellos. Es una gran gerencia. Esta gente ha hecho un gran trabajo”.
¡Igualito a Trump!
En esta disculpa, seguramente obligada a petición de la NFL, el engreído Jones se olvida del bofetón dado “de pasadita” y seguramente hablando sin pensar, al Azteca, a la Ciudad de México, a los millones de Dallas Fans en nuestro país y a su “cuate” Emilio,.
Así las cosas pues, Vergara-Trump-Jones… vaya trío de “sabihondos”… Así de fácil.