Entre Vicente Fox y Raúl Jiménez

Los churros de Fox

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Los churros de Fox

Allá en su rancho (a veces parece que es zu-rancho) de San Cristóbal, Guanajuato,  el expresidente Vicente Fox seguramente “azzezzorado” por su Martita del alma, organiza un simposium – congresito – pachanga en favor de la despenalización de la mariguana, aventándose la puntada de decir que ya hay presentaciones en dulces (¡agüas chiquillas y chiquillos!) , refrescos de cola, ungüentos y medicinas que se suman a los ya conocidos “churros” que se fuman por ahí de cuando en cuando. Ya entrado en el tema me pregunto si no se habrían fumado, tomado, embarrado o endulzado  unos de esos “churros” cuando a doña Martita “ze” le dio por “Zentirzzzze” presidenciable hace unos años, total, estos “churros”  dan para elevarse, inspirarse y hasta sentir que “vamozz bien”.

El churrazo de Raúl Jiménez

No puedo calificar de otra manera al chutazo espantoso con el que Jiménez remata el enésimo centro enviado por el hasta hoy mejor jugador de este Tri alterno, Miguel Layún, que honra el pase filtrado de “Marquito” Fabián para lanzar ese centro al área por ahí del minuto 80, cuando los de Trinidad y Tobago se preparaban para disfrutar los tiempos extra. Jiménez desvía el balón anotando ese gol de angustia que nos mete a Semifinales.

‘Haiga sido como haiga sido’

Parafraseando la respuesta en el programa de TELEVISA, “Punto de Partida” con Denise Maerker del entonces candidato del PAN, Felipe Calderón, semanas antes de la elección apretadísima que lo llevaría a la presidencia de la Repúbica, vino entonces aquella tensa toma de protesta en donde Calderón y la bancada panista le hicieron al “Houdini”, apareciendo sorpresivamente detrás de la enorme  bandera que preside la tribuna en la Cámara de Diputados,  ante el bloqueo perredista y de las llamadas izquierdas que intentaron por todos los medios ese primer acto que daría inicio al sexenio de Felipe Calderón.

Fue una jugada maestra que duró solo un par de minutos,  suficientes para cumplir con el protocolo del mandato Constitucional y romper así ese bloqueo que amenazaba al caos y a los “tiempos extra” post-electorales.

Ya después el bloqueo de Reforma y la toma del Zócalo por los seguidores de López Obrador fueron actos de protesta e intolerancia que se dieron ya dentro del oficial sexenio Calderonista.

Por acá también

El gol de Raúl Jiménez se da en medio de una gran tensión y angustia, rompiendo el empate al que apostaba Trinidad y Tobago para irnos al tiempo extra en el que seguramente la presión, inseguridad e irregularidad jugarían en contra de “Nuestro Tri”.

 Raúl, insisto, tien la virtud de acompañar la jugada, esperando ese servició de Miguel Layún que quizá no iba dirigido a él sino a “Chema” Cárdenas, que cerraba a segundo poste. Es igual, Raúl Jiménez le mete el pié con voluntad pero de forma deficiente, sacando un tiro blandito, rodadito pero muy cruzado que nos engaña a todos, lo cual no tiene significado pero también a ese gigante de ébano, el arquero trinitario Williams, quien se estira como con brazos de hule pero, afortunadamente para nosotros, sin alcanzar ese balón que entra desesperadamente lento, apenitas a un lado del poste, para entregarnos así una victoria magra, escasa, de angustia, en medio de una serie de imprecisiones, dudas e inseguridades de un equipo presionado por el reloj implacable que corre sin que llegue la anotación del Tri tan desesperadamente predecible y fallón, pero, insisto, es igual, se trataba de sacar la victoria a como de lugar y ya después que los demás protesten y digan y se rasguen las vestiduras ante la chocante mediocridad de “Nuestro Tri”.

Era esta una victoria necesaria, indispensable para seguir avanzando aunque no convenzan a nadie de que se mejora, es sin duda una victoria que vale lo mismo que el 6-1 con que nuestro rival en Semifinales, Panamá, le mete a Cuba.

Fue un 1-0 sufrido pero suficiente, como decíamos en la secundaria a la hora de las calificaciones  “arriba de seis es vanidad”, una victoria que vale el pase a Semifinales de esta mediocre Copa Oro, una victoria al fin, “haiga sido como haiga sido”.

Así las cosas pues, dos “churrazos” diferentes, los que se fuman y los que entran a la portería que, coincidentemente, también entregan alegría y “amor y paz” … Así de fácil …

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